Capitulo 12

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Capitulo 12

 

 

Pov William

Había esperado todo excepto que llegara a mi oficina después de una semana.  Yo pensé que nunca la volvería a ver.  Pensé que su orgullo era mucho más fuerte de lo que realmente sentía porque yo se que aunque no me ama como yo a ella, siente algo por mí.  Deseo, pasión o lujuria, pero no me importa porque fácilmente lo puedo convertir en amor. Lo fácil no vale la pena y lo duro como es ella, vale oro.  

Cuando se confesó tenía unas ganas terribles de abrazarla y besarla, pero no podía mostrarme tan vulnerable.  Ashley necesitaba aprender a que no todo es como ella quiere y que yo no correría como un perro faldero tras ella tan pronto llegue a mis brazos.

Al salir de la oficina la lleve a comer a un restaurante muy sencillo para comer trocitos de pollo rellenos de queso.  Ashley los saboreo como una niña hermosa y me hizo imaginar cómo sería ella cuando era una pequeña niña de pelos rubios corriendo entre aquellas veredas de uvas de su hacienda.  Preciosa.  Estuvimos hablando por horas y cada vez la conocía más.  Ella era toda una mujer fuerte y luchadora que no se deja amedrentar por nada ni por nadie y eso me gustaba muchísimo.  Pero lo que me preocupaba era el hecho de que renuncio al trabajo en solo una semana.  Algo pasó para que dejara su empleo y verdaderamente eso me preocupa.

Hoy iríamos a la estatua de la libertad y aunque llevaba años viviendo Nueva York solo visite ese lugar cuando estaba en el colegio junto con mi primo.  Habíamos disfrutado tanto de las vistas que rápidamente lo recordé y quise llevar a Ashley para disfrutarlo junto a ella.  Era la primera vez que saldríamos en una cita de verdad porque la anterior dejándome desnudo no cuenta y jamás en la vida lo olvidaría.  Tal vez sería una buena anécdota para mis futuros hijos o nietos. 

Entre a su edificio para subir a su piso, pero tan pronto las puertas abrieron me encontré con ella tan hermosa como siempre.  Su pelo estaba recogido en una trenza que pasaba por su hombro, llevaba un pantalón corto de color crema con una camisa negra de manga corta con escote en v y sus sandalias eran cremas.  Tan pronto sonrió mi corazón se congelo y desee pegarla contra mi pecho hasta que ella sintiera lo mismo.

—Buenos días, William — murmuro mordiendo su labio inferior con nerviosismo.  Sus mejillas se tiñeron de rojo y roce mi pulgar contra su mejilla.

—Buenos días, mi reina. ¿Lista? — pregunte entrelazando mis dedos con los suyos y ella sonrió como todo un ángel.

Ashley apretó los labios. — Creo que lo estoy, pero como que las alturas no son lo mío — respondió montándose en el auto y yo solté una carcajada  al cerrar la puerta.

Abrí la puerta del conductor y encendí el auto mientras reía.  Ashley me miro con su entrecejo fruncido y yo detuve mi risa. Hace un tiempo ya no reía como ahora y lo estaba disfrutando, pero no puedo burlarme de ella en sus narices.

— ¿Qué le tienes miedo a las alturas? — pregunte aguantando las ganas de reírme.

—No, es solo que la estatua de la libertad es demasiada altura y me da un poco de miedo — respondió divertida.  Tome su mano con suavidad y le di un suave beso—. No te preocupes que yo estaré a tu lado y no dejare que nada te pasa — susurre sobre la palma de su mano.

Destinado a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora