Más tarde ese lunes...
Los chicos entendieron rápidamente que podían confiar en aquellas chicas. Parecía que los admiraban tanto que dudaban mucho la posibilidad de que los traicionaran.
—Está oscureciendo un poco, ¿por qué no os acompañamos a casa y así damos una vuelta? —propuso Derek mirando a las chicas.
Estas asintieron aceptando la propuesta, pero por dentro estaban gritando lo máximo que sus pulmones le permitían.
En ese paseo de vuelta a sus casas, las chicas comprobaron por sí mismas por qué todos envidiaban la amistad de ese grupo. Era muy difícil no reír con ellos, y a diferencia de la mayoría de gente popular del instituto, ellos no trataban mal a las personas ni se creían mejores que nadie por ser populares; eso no les importaba.
—Es aquí —dijo Erin cuando pararon frente a una pequeña casita.
—Sí, yo vivo justo al lado —añadió Taylor señalando la casa de la derecha.
—¿Sois vecinas? —preguntó Aaron.
—Sí, de toda la vida, por eso somos tan amigas —explicó Erin.
Tras agradecerle a las chicas la ayuda de nuevo y despedirse, los chicos dieron media vuelta y caminaron hacia sus casas, ya se hacía tarde.
Andie, Cora, Aaron y Finn ya habían vuelto a casa, ya que les pillaba de camino, pero el resto del grupo charlaba en la puerta de la casa de Derek y Marley porque tenían que pasar por ahí para volver a las suyas.
Los chicos reían ante un comentario que había hecho Josh, pero las risas cesaron cuando oyeron una notificación de sus teléfonos móviles. Todos habían sonado a la vez, lo cual les hizo imaginarse qué era lo que se iban a encontrar.
—Quizás es un mensaje del grupo —dijo Logan al ver la cara de sus amigos, buscando una explicación de por qué todos sus teléfonos sonarían al mismo tiempo.
Marley fue la primera en desbloquear su móvil y los chicos la imitaron. Efectivamente, era lo que se imaginaban: un largo mensaje anónimo que probablemente hubiera acabado en mano de todo el instituto. En él se contaba todo lo que le había pasado a Marley en Miami con pelos y señales, ni siquiera se había saltado un pequeño detalle. Leer su historia le había hecho revivir todo por un momento, y trasladarse a esa situación era algo que no necesitaba.
Cuando terminaron de leer el mensaje, sus amigos y su hermano la miraron en silencio, pero esta seguía con la mirada clavada en su teléfono.
—No pasa nada —dijo aún mirándolo. Ya se imaginaba qué cara debía tener—. Sabía a lo que me enfrentaba, no pasa nada.
—Marley —la llamó Miller e hizo que lo mirara cuando puso una mano en su hombro—, si alguien te dice algo, no nos vamos a quedar de brazos cruzados. No vamos a permitir que nadie se ría de ti.
—Tú eres la víctima aquí, y todos los que se rían son cómplices de lo que te han hecho —continuó Logan.
La chica sonrió levemente y asintió.
—Gracias, chicos. Si no os importa, me voy a dormir, ¿vale? —Sus amigos la miraron con lástima. Es cierto que Marley ya les había contado la historia, pero leerla con tantos detalles les había hecho imaginarse con más exactitud la pesadilla que había vivido su amiga.
Le dio un beso a cada uno en la mejilla a modo de despedida y entró a su casa. Derek no tardó en seguirla, quería asegurarse de que su hermana estaba bien, pero ella insistía en que todo iba bien y que prefería estar sola y poder irse a dormir.
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DALLAS
RomanceMarley y Derek Dallas. Dos hermanos que, tras el divorcio de sus padres, tienen vidas totalmente opuestas. Marley se quedó con su padre en Miami, Florida, de donde era esta familia originariamente, mientras que Derek se marchó a Boston, Massachusett...