Viernes
—Vas a estar increíble con ese vestido, ya verás —le repitió Cora por quinta vez a Erin saliendo de una de las tiendas del centro comercial.
Como ya habían hablado en el instituto, el viernes habían quedado para ir al centro comercial y encontrar algo de su gusto para la fiesta del sábado. Se habían recorrido todas las tiendas y ahora habían parado para comprarse un helado antes de volver a casa.
—Bien. Ahora que no necesitamos más concentración para la elección de nuestra ropa, ¿qué tal si nos cuentas de una vez qué tal ayer con Jules? —dijo Cora sentándose en una silla de la cafetería.
Marley sonrió.
—No hay nada que contar. Me invitó a su casa para que pasáramos la tarde juntos y me contó toda la conversación con Derek. Hablamos bastante del tema y luego me trajo a casa.
—Me alegro mucho por vosotros —comentó Taylor después de devorar un trozo de su helado—. Hacéis muy buena pareja.
—Gracias —sonrió ella—. La verdad es que me sentí súper rara estando con Jules a solas y sabiendo que todos lo sabíais. Estábamos acostumbrados a tener que inventarnos mil excusas para vernos.
—Bueno, pero eso al fin ha acabado —la animó Andie dándole un codazo amigable.
—Sí —sonrió esta—, por cierto, ¿queréis venir a mi casa un rato y nos probamos lo que hemos comprado? Aún es temprano.
—¡Sí! —exclamó Cora.
Decidieron terminarse el helado por el camino y llegaron a casa de Marley entre risas y llenas de bolsas. Al abrir la puerta de la casa, Erin cambió la sonrisa que tenía en su rostro por una mueca seria en cuanto vio el salón de Marley lleno de los amigos de esta. Después del numerito que había montado el otro día en el comedor, le daba vergüenza estar en una misma habitación con ellos.
—Mirad quiénes se han dignado a aparecer —bromeó Derek al ver a las chicas acercarse a ellos.
Jules se encontraba tirado en uno de los sofás de la casa de su mejor amigo con una expresión seria, pero cuando vio a Marley llegar le salió completamente involuntaria la sonrisa. La agarró por la muñeca y prácticamente la tiró encima de él, haciéndole un hueco en el sofá para que se tumbara a su lado. Después, depositó un beso en su mejilla y, aunque él no se hubiera dado cuenta, todos sus amigos observaron la escena con una sonrisa en la cara. Ver a Jules actuar así con una chica era algo que no se habían imaginado ver nunca, y que fuera con Marley era mejor aún.
Esta rió y le habló para que solo él pudiera oírle.
—Veo que me has echado de menos.
—Mucho —le susurró él sobre su oído—. Podrías haberme llevado con vosotras —bromeó haciéndola reír de nuevo.
—Creo que te habrías aburrido mucho.
—¿Qué habéis comprado? —se interesó.
—Ropa para la fiesta de mañana.
Jules sonrió.
—¿Puedo verla?
—No —negó—. Es sorpresa.
—Estaré deseando que sea mañana para verla, entonces. Seguro que estás preciosa.
Marley le devolvió la sonrisa y besó cortamente sus labios. Tras esto, se puso en pie en un impulso.
—Vamos a mi habitación —le dijo a las chicas.
Erin sintió una sensación de alivio al oír a Marley decir eso. Se sentía incómoda aunque los chicos no estuvieran diciéndole nada que pudiera hacerle pensar que la odiaban.
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DALLAS
RomanceMarley y Derek Dallas. Dos hermanos que, tras el divorcio de sus padres, tienen vidas totalmente opuestas. Marley se quedó con su padre en Miami, Florida, de donde era esta familia originariamente, mientras que Derek se marchó a Boston, Massachusett...