Capítulo 28: La paliza

968 105 517
                                    

Lunes

—Te has puesto roja —se burló Cora nada más cerrar su taquilla y mirar a Andie a la cara.

Marley rió y pasó un brazo por los hombros de esta.

—No pienso contaros nada nunca más —contestó Andie cruzándose de brazos.

—Exagerada —rió Cora antes de besar la mejilla de su amiga—. Además, jamás te perdonaría que te guardaras los secretos de cómo es Derek en la cama.

Marley puso una mueca de asco.

—Yo, sin embargo, te agradecería enormemente que te los guardaras.

Las chicas expulsaron una sonora carcajada.

—Me alegro de que hayas tenido una buena primera toma de contacto con él —dijo Cora devolviendo la seriedad al tema.

Marley se movió algo nerviosa y miró a sus amigas.

—¿Cuándo creéis que es el tiempo usual para que pase algo así entre una pareja? —preguntó.

—Supongo que depende de muchas cosas —respondió la animadora.

—¿Cuánto tardasteis tú y Aaron?

Cora sonrió y miró a su amiga.

—Poco y mucho a la vez.

—¿Cómo es eso? —frunció Andie el ceño.

—Poco porque cuando empezamos a salir no podíamos apartar las manos el uno del otro. Mucho porque, cuando decidimos llegar más lejos, me dolió tanto que no pudimos acabar, y las próximas veces que lo intentamos me pasó lo mismo. Me costó mucho poder continuar sin morirme de dolor.

—Vaya... —comentó Andie, asustada.

—No te preocupes, cada persona es un mundo. Que a mí me haya pasado eso no significa que a ti también te vaya a pasar —la animó esta.

Enseguida olvidaron el tema cuando vieron a Erin y Taylor caminar por el pasillo. Las tres amigas las llamaron e hicieron que se acercaran.

—Buenos días —les sonrió pícaramente Cora.

—Hola, chicas —contestó Erin.

—¿Y bien? ¿Hay novedades de Blake? —se apresuró en preguntar Andie.

—No —contestó Taylor tímida—. ¿Por qué debería tenerlas? Solo nos liamos una noche, no es como si fuera a ir a más.

—¿Entonces por qué me contó Jules anoche que Blake le había pedido tu número? —dijo Marley disimulando.

—¡Taylor! —gritó Erin eufórica.

Esta se ruborizó ligeramente.

—¿Se lo dio? —le preguntó.

—Quería esperar a saber si te parecía bien o no, así que dime, ¿quieres que se lo dé?

—Taylor, tiene que dárselo. Es guapísimo —la animó su amiga.

Esta rodó los ojos.

—Puede dárselo si quiere, pero es una tontería. Solo fueron unos besos durante una noche, no se va a repetir.

En ese momento, los chicos se unieron a la conversación. Jules no tardó en pasar un brazo por los hombros de Marley y besar su frente, sacándole a la chica una sonrisa deslumbrante.

—Hablábamos de que tienes que darle el número de Taylor a Blake —comentó Marley apoyando la cabeza en el hombro de Jules.

Este sonrió y miró a Taylor.

DALLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora