Capítulo 31: El baile

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Lunes

Derek estaba en el mismo pasillo donde esperaban cada mañana al resto del grupo. Estaba esperando ver aparecer a Andie. Necesitaba ver cómo actuaba con él después de haberle dicho que la quería y que su respuesta hubiera sido un "gracias".

Sonrió, más relajado, al ver cómo doblaba la esquina y se acercaba a ellos con una sonrisa radiante.

—Buenos días —los saludó.

—Buenos días —respondieron los demás.

Su mirada se cruzó con la de Derek, y este tenía la intención de acercarse a ella para darle un corto beso, como cada mañana hacían desde que estaban juntos, pero Andie se apresuró en agarrar por la muñeca a Cora y Marley y caminó deprisa para que los chicos no las siguieran.

—Tía, no puedes rehuirle toda la vida —le recordó Cora.

—Lo sé, es solo que no sé qué decirle. Hablaré con él, solo que no todavía.

Sus amigas asintieron. Andie era una persona muy madura y siempre sabía cuál era la decisión adecuada, así que hiciera lo que hiciera, sabían que actuaría bien. Además, ella jamás querría hacerle daño a nadie.

Aunque Derek intentó hablar con ella durante el resto de clases del día, no lo consiguió. Siempre que parecía que iban a quedarse solos, Andie desaparecía. Ni siquiera pudo preguntarle si quería que pasaran la tarde juntos y así quizás hablar del tema, aunque posiblemente fuera lo mejor, porque no veía a Andie con mucho entusiasmo por hablar de ello, y él no iba a presionarla. A pesar de que quería que lo hablaran porque le comían los nervios por saber si todo estaba bien, había algo de lo que estaba seguro, y eso era que jamás pondría a Andie en el compromiso de hablar de algo de lo que ella no quisiera.


Martes

—No va a venir, ¿verdad? —le susurró a Logan, mirando aún por la puerta por si veía la cabellera con rizos que conocía tan bien.

Logan miró hacia abajo.

—No lo creo, lo siento.

Marley fingió una sonrisa.

—No pasa nada. Ya me lo imaginaba.

Marley estaba a punto de subirse a un avión para ir a Miami y todos sus amigos habían ido a despedirse de ella al aeropuerto, pero Jules no. No es como si le hubiera pillado por sorpresa después de cómo estaban las cosas entre ellos, pero aún así le habría gustado verlo allí.

Volvería el sábado, pero sus amigos estaban haciendo un drama, algo que, al menos, divertía a Marley.

—¿Nos prometes que lo de ir a ver ese instituto es solo para hacerle el favor a tu padre y aunque te encante vas a estar el año que viene con nosotros? —preguntó Cora en un hilo de voz.

Marley sonrió y sujetó las manos de su amiga.

—El año que viene estaré sentada junto a ti en todas las clases —le prometió.

Esta sonrió y abrazó a su amiga.

—Te echaremos de menos —comentó Josh.

—Yo también a vosotros. Espero que os lo paséis genial en el baile y que me mandéis fotos de cómo vais vestidos.

—No será lo mismo sin ti, enana —dijo Miller revolviéndole el pelo.

Esta apoyó la cabeza en su hombro.

—Lo pasaréis genial.

La voz que sonó por los altavoces indicando que debía ir entrando, los separó de su abrazo grupal.

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