Más tarde ese miércoles...
En cuanto Marley abrió la puerta de su casa junto a Derek y Jules, estos vieron a Veronica andar de un lado a otro de la casa, como si estuviera buscando algo.
—Oh, hola, chicos, llegáis un poco tarde, ¿no? —preguntó levantando la vista para mirarlos—. ¡Jules! ¿Qué te ha pasado? —Veronica dejó de buscar entre los cojines del sofá para acercarse a él y examinar su cara.
—No es nada —la tranquilizó él.
—Un idiota del instituto —respondió Derek al unísono, ganándose una mirada asesina por parte de Jules. No quería que Veronica pensara que su hija salía con un demente violento.
—Vamos a curarte eso —ofreció la madre.
—Mamá, no te preocupes, yo me encargo, tú estabas a punto de salir —contestó Marley.
—No pasa nada, puedo cancelar el plan.
—No —negó Jules—. Estoy bien, de verdad, no ha sido nada.
Veronica los miró sin estar muy segura de qué hacer.
—De verdad, no pasa nada, puedo decirle a Ezra que-
—Es verdad —sonrió Marley—, hoy era tu cita con Ezra. Entonces menos aún vas a cancelarla. Yo me encargo, mamá.
Su madre sonrió levemente, no muy convencida, pero terminó asintiendo.
—Está bien.
Es verdad que Brad había acabado con la cara mucho peor que Jules, pero de todas formas convenía curarle las heridas y desinfectarlas.
—¿Qué vas a decirle a tus padres cuando te vean la cara? —le preguntó Derek sentado en un taburete de la cocina al lado de su mejor amigo mientras Marley preparaba el alcohol y algodones para curarle. Su madre se acababa de marchar.
Jules se encogió de hombros.
—La verdad, supongo.
—¿Y si tus padres me odian porque te hayas metido en esto por mi culpa? —preguntó Marley dejando de hacer lo que estaba haciendo para mirar al chico.
Este sonrió y acarició con dulzura su cintura.
—Eso no va a pasar.
Marley empezó a curarle sintiéndose un poco mal al ver las expresiones de dolor del chico al notar el líquido en su rostro.
—Lo siento.
Jules le volvió a sonreír. Le parecía adorable ver tanta preocupación en ella por no hacerle daño.
—Chicos, me voy, siento irme así pero hoy es el día que tenía planeado pedirle a Andie que viniera al baile conmigo.
—No te preocupes. Espero que vaya genial —lo apoyó su hermana.
Derek sonrió.
—Nos vemos luego. Adiós, Marley. Y tú —añadió mirando a Jules—, la próxima vez que vayas a darle una paliza a Brad, avísame, yo también tengo golpes que darle.
Jules rió y le chocó la mano a su mejor amigo.
—No vais a darle golpes a nadie —se quejó Marley—, porque como eso pase, los únicos golpes que vais a recibir son los míos.
Jules sonrió y atrajo a la chica hacia él, depositando un corto beso en su cuello. Derek se marchó, dejando entre Jules y Marley un silencio mientras esta seguía curándolo.
—Espero que se te hayan quitado las marcas para el viernes que viene en la fiesta de fin de curso —comentó Marley.
—Yo espero que no, así los chicos me tendrán miedo y no se acercarán a ti —bromeó.
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DALLAS
RomanceMarley y Derek Dallas. Dos hermanos que, tras el divorcio de sus padres, tienen vidas totalmente opuestas. Marley se quedó con su padre en Miami, Florida, de donde era esta familia originariamente, mientras que Derek se marchó a Boston, Massachusett...