DALLAS

Capítulo 1: La sorpresa

Lunes

Para Derek, aquel era un lunes como otro cualquiera. Se levantó con cansancio de su cama y bajó a desayunar con su madre, como cada mañana hacía, antes de que esta se marchara a trabajar y él se fuera al instituto.

—Buenos días, cielo.—lo saludó su madre.

—Hola, mamá.—contestó él regalándole una sonrisa.

—¿Tienes hoy algún examen?—preguntó la madre para iniciar un tema de conversación con su hijo.

—No.—negó el chico.—Los empezamos en dos semanas.

—Genial.—dijo la madre con una sonrisa extraña y una mirada nerviosa que hicieron que Derek pensara que algo no iba bien.

—¿Por qué me miras así? ¿Qué pasa?

—Oh, nada, ¿por qué lo dices?

—Me has mirado como si estuvieras preocupada por algo, ¿qué pasa?—repitió él hablando con la boca llena de los cereales que estaba desayunando.

—No es nada.—dijo esta.—Y come con la boca cerrada.—le regañó.

—No soy tonto, cuéntame qué te pasa.—volvió a repetir su hijo.

—Está bien.—se rindió la madre.—Se podría decir que tengo una sorpresa para ti.

—¿Una sorpresa?—preguntó Derek haciendo que su madre asintiera.—¿Qué es?

—Si te lo digo, dejaría de ser una sorpresa.—contestó su madre con dulzura.—Ya lo descubrirás, cielo, no puedo decirte nada más.

—Oh, vamos, no puedes dejarme así.—dijo el chico terminando de desayunar.

—Merecerá la pena.—aseguró la madre.—Debo irme ya si no quiero llegar tarde al trabajo. Nos vemos por la tarde. Que te vaya bien el día, cariño.

—Igualmente.—dijo Derek dejándose besar la mejilla por su madre.

Cuando esta se marchó, Derek subió a asearse y a vestirse, preguntándose una y otra vez de qué trataría la sorpresa que su madre le había preparado.

Antes de marcharse al instituto, se miró en el espejo de su habitación y, tras aprobar su atuendo, bajó las escaleras de su casa. Esperó unos minutos en la entrada, ya que algunos de sus amigos vendrían a recogerlo, como cada mañana.

Sonrió al ver a los hermanos Jules y Logan acercarse a él.

—Hey, Derek.—saludó Jules a su mejor amigo chocando los cinco.

—Hola, chicos.—correspondió Derek a sus amigos.

Los chicos comenzaron a andar emprendiendo camino al instituto.

—¿Dónde están Josh y Miller?—preguntó Derek extrañado, ya que ambos también solían acompañarlos siempre camino al instituto.

—A Miller lo trae su madre en coche porque tiene una reunión con el profesor de Matemáticas.—dijo Logan haciendo reír a su amigo.—No puede salir nada bueno de ahí.—añadió.—Y Josh está allí desde hace rato para ayudar con un proyecto de ciencias.

—Nunca entenderé el entusiasmo de Josh con los proyectos del instituto.—bromeó Derek poniendo los ojos en blanco.

A los pocos minutos llegaron al instituto, ya que no es que estuviera demasiado lejos de sus casas, y los tres juntos entraron en aquel lugar al que muchos llamaban 'la cárcel'.

Atraían varias miradas: las de las chicas, las de los chicos, e incluso las de los profesores, asustados por las travesuras que podían estar planeando. Es cierto que no todos estos amigos eran tan revoltosos, pero aunque no lo fueran, cuando uno de ellos se metía en un lío, inmediatamente los demás también se incluían, digamos que estaban juntos en todo.