Cotidiano:

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Hola, bienvenidos a mi primera historia, la cual será algo corta, pero si las cosas salen bien seguiré publicando más historias con esta temática.

Sin más que decir, disfruten de mis ocurrencias.

Reeditado: Vengo del futuro y está no será una historia corta. También habrán menciones de otras parejas mayormente gays. 
        
Atte: La escritora♥️


¿Ya estarán despiertos?

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¿Ya estarán despiertos?

No lo creo, no es tan temprano, pero aún así ellos son personas que se despiertan a altas horas de la mañana, si no lo hacen así se levantan directamente en la tarde.

Son unos flojos.

Suspiré resignada y toqué tres veces la puerta principal en la entrada. Observando algún que otro detalle de la ya tan conocida fachada me dispuse a esperar pacientemente a que alguien saliera del lugar. Oí movimiento dentro de la casa así que arreglé mi cabello y me paré derecha. La apariencia ante todo.

¿Me veré bien?

⎯ Buenos días, T/N⎯ saludó la mujer de cabellos naranjas en cuanto abrió la puerta. Con una sonrisa alegre me recibió en su hogar.

⎯ Tía, buenos días ¿En dónde están los chicos?

⎯ Creo que aún están durmiendo⎯ respondió, haciéndose a un lado para dejarme pasar al interior de su morada. Con sumo cariño demostró su hospitalidad⎯  Querida ¿Ya desayunaste?

Mi tía aunque parezca una mujer amargada y con un pésimo mal genio la mayor parte del tiempo, es en realidad lo contrario a eso. Cuando la conoces te das cuenta de que es una persona dulce y leal, es cierto que posee un carácter algo fuerte y una personalidad complicada de sobrellevar, pero a pesar de eso ella siempre ha velado por el bienestar de mi familia. Mi madre en serio tiene una excelente amiga, y a raíz de todo eso yo tengo a dos increíbles mejores amigos. Crecí alrededor de ellos, considerándolos pertenecientes de mi núcleo familiar, y he llamado “tía” a esa señora desde que prácticamente aprendí a hablar.

⎯ No gracias, tía. Ya desayuné⎯ respondí cortésmente, rechazando su oferta. Ya comí con anterioridad en mi casa y por eso me negué a aquella invitación. Ella lo comprendió rápidamente y me regaló una sonrisa pequeña.

⎯ Bueno, si quieres puedes ir a despertar a los muchachos⎯ ofreció, mirando el reloj en la pared el cual dictaminaba que ya casi sería la hora del almuerzo. Al parecer se sorprendió de que pronto iba a ser mediodía, así que hizo énfasis nuevamente en despertar a los gemelos⎯ Ya es muy tarde para que estén todavía durmiendo.

⎯ Tía, no se preocupe ¡Yo iré a despertarlos!

Me aproximé al pasillo del fondo y subí por las largas escaleras, todo para poder llegar a las habitaciones. Ya me sé el camino de memoria, tengo perfectamente claro el hecho de que las recámaras se encuentran en la parte superior del lugar, y reconozco a quien pertenece cada cuarto. En medio de mi recorrido me detuve a admirar las fotografías familiares que siempre se mantienen colgadas de manera cuidadosa en la gran pared. La mayoría son de las distintas etapas de la vida de los gemelos.

𝕌𝕟𝕒 𝕟𝕠𝕧𝕚𝕒 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝔻𝕠𝕤 [Hermanos Kawata x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora