CAPÍTULO 13

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María José

Lunes, martes y miércoles pasaron volando

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Lunes, martes y miércoles pasaron volando.

Los días avanzaron tan rápido que no me dio tiempo para procesar el hecho de que estaba viviendo en el mismo apartamento en el que vivía mi supuesto prometido.

Él era como un fantasma, se iba muy temprano y regresaba muy tarde, el tiempo que pasamos juntos en esos 3 días no fue mucho, solo coincidimos el lunes para cenar y cruzamos pocas palabras.

El jueves Zac no fue a trabajar por lo que pasamos tiempo juntos, perfeccionando nuestra farsa.

Gran parte de le mañana le mostré fotografías de mis familiares y le hablé brevemente de ellos.  Zac  tomo muchas notas, en su tableta, mientras me escuchaba atentamente. Al medio día me hizo compañía mientras yo preparaba el almuerzo.

Él quiso pedir comida a domicilio, pero yo me ofrecí a cocinar porque ya sentía que era demasiado y tenía que retribuirle la estancia de una u otra manera.
Persuadirlo me tomo unos 20 minutos, después de hacer un mohín logré convencerlo.

Zac  intentó ayudarme, cortando unas cebollas en julianas, por poco se corta un dedo.

Cuando me dijo que era malo en la cocina pensé que era falsa modestia, pero no, malo es poco para su pésimo desempeño en el arte culinario.

Lo mande a sentarse en la barra y me preguntase lo que necesitara para que completase sus apuntes digitales, el a regañadientes se fue a sentar y empezó a preguntarme  cosas específicas sobre mis primas y luego de almorzar me mostro el mapa genealógico que organizo de mi vida.

Y vaya que se había esmerado.

Era un mapa tan completo que hacía quedar en vergüenza a mis árboles genealógicos de sexto de bachillerato en el área de religión.

En la tarde me hizo múltiples preguntas sobre su familia y como las había memorizado no había tenido problema alguno en responder.

En la noche Zac me conto que su padre había decidido adelantar la barbacoa familiar para que no se cruzase con otro evento al que tenía que asistir.

El viernes por la mañana recibí un correo de Mike Dunkerly uno de las mejores compradores y distribuidores de flores de aquí, me estaba invitando a una gala el sábado aquí en Sídney por ser parte importante en la delegación de los hoteles de Australia.

Supongo que a eso se refería el padre de Zac al mencionar que adelantaría la barbacoa para que no se cruzasen los eventos.

Almuerzo algo ligero y a las 3 de la tarde Zac pasa a buscarme en un auto azul muy bonito, no cruzamos palabra durante el trayecto.

Al llegar a la inmensa casa, doy un vistazo rápido al jardín solo logro apreciar a los padres de Zac, a la abuela Paige, al señor Thimotée y su familia, y al señor Hans supongo que...

Fake or genuine: Una Latina en AustraliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora