CAPÍTULO 19

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María José

—¿Estás seguro de que sabes conducir una Toyota Hilux? — cuestiona mi tío Alberto desconfiado, jugando con las llaves de su camioneta entre sus dedos con inquietud

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—¿Estás seguro de que sabes conducir una Toyota Hilux? — cuestiona mi tío Alberto desconfiado, jugando con las llaves de su camioneta entre sus dedos con inquietud.

—Papi, el que maneja en Cali, maneja en cualquier lugar del mundo eso tenelo claro. — responde mi primo Julio descomplicado.

— Mira Julio Remberto López Martínez, — mi tía Sandra lo llama por su nombre completo, uyyyyyy — dónde le llegue a pasar algo a ese carro, Jum — se pasa un dedo por el cuello en señal de amenaza y mi primo traga saliva, — ya sabes.

— Me extraña araña, ma, me duele tanta desconfianza, — se lleva una mano al pecho — vojabés que soy un man firme un tipo responsable, oís.

— Ujum — mi tía Sandra hace un gesto de desdén — al medio día los quiero aquí, a la una como tarde, ya saben.

— Ya oyeron, por la sombrita y conduzcan con cuidadito — dice mi tía Piedad con calma, apretando el brazo de su inquieto esposo para que suelte las llaves en la mano extendida de Julio.

Ajá, Ma, pero no cabemos todos en la Hilux, ¿me prestas la moto? — dice mi prima Liliana con un puchero.

Aro mija, ve pa ve y búscalas en mi cuarto. — Mi prima se levanta con entusiasmo de la mecedora en la mecedora en la que está sentada y empieza a irse en dirección al cuarto de sus papás. — ¡Sin curucutear! — grita para que mi prima la escuche.

Al mismo tiempo en el que mi primo se dirige a la salida rumbo a la camioneta, pero no alcanza a salir cuando mi tía Sandra, su mamá, se fija en su blusa arrugada.

¡¿Y te vas a ir con esa camisa to 'a eñunñía?! — lo riñe— por pura flojera de no plancharla. Va. Rapidito puya el burro a plancharla en lo que viene Lili.

Son las 8 am estamos todos, a excepción de mi prima Yules, listos para salir sentados en diferentes lugares de la sala porque a mi tía Piedad se le ocurrió la grandiosa idea de mandarnos a pasear a Zac hasta las 12 prácticamente mi tía quiere que le mostremos los sitios más emblemáticos de la ciudad en menos de 6 horas.

— ¿A dónde vamos? — me pregunta Zac, quien se encuentra sentado a mi lado con un brillo de emoción en los ojos algo despistado.

— ¿A ti quién te dijo que vienes con nosotros?

Me mira muy confundido — ¿No? — me pregunta y asiento conteniendo las ganas de reír. — Ah. Bueno...— suelta tan desanimado que me da pecao verlo así

Lo codeo con diversión — Mentira, mentira era jugando — retiro el codo apenada por mi atrevimiento.

— No es divertido— hace un puchero, y me vuelvo a relajar. Se ve muy tierno con las mejillas rojas. Sus hoyuelos se marcan con ese gesto tan chistoso se ve muy cuco.

Fake or genuine: Una Latina en AustraliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora