Hoy me siento feliz.
Podría comerme el mundo de un bocado y gritar desde lo más hondo de mi corazón. N y L parecían lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, y no me ha importado cuando L me ha interrumpido, cómo siempre hace. Costumbres, supongo.
Sin embargo, detrás del rosa hay una escala de grises.
¿Qué tiene para que me vuelva la tristeza y la agonía?
PD: Te quiero mucho, N <3