Y toda la lírica del siglo XVIII,
y todas las canciones de un libro bélico.
Que quemar en la hoguera no sirve para nada,
no sé cuántas veces insistí.
Karaokes de mala muerte,
dónde todos ponen su voz a esas palabras
que siempre quisieron decir,
pero las lágrimas todavía no han oxidado las cadenas.
Viva el cliché de sonrisas falsas
y chicos que se mueren por dentro,
y esperemos a que tu muerte deje de asustarme
y esperemos a que siga sin pensar qué esa relación
sigue viva,
igual que tu desprecio hacia mí.