u. fuistes la primera en llegar. yo no te conocía, y tu tampoco a mí, y tenías lágrimas en vez de sangre. supongo que con toda la que me quité yo te pude dar, pero aún así no es suficiente. nos apoyabamos mutuamente sin darnos cuenta, y siempre estabas presente.
m. eras la verdad, pero a la vez alguien maravilloso. tú fuistes más por el sigilo, casi sin darme cuenta, pero te notaba detrás de mi espalda y me sentía segura. siempre buscabas lo que derrochara pasión, y cuando me encontrastes y te quedastes fue el mayor alago.
d. tenías dos rayas a tu lado, y a lo mejor por eso estubistes más distante que los demás. te gustaba la lírica simple y primeriza; nunca supe por que. tan solo espero que no te arrastre el viento como diente de león que eres.
s. no tengo mucho que decir sobre ti, pero he visto que a veces te asomas de entre las hojas como un cervatillo y te volvías a ir. y lo importante es que sabes sacar una buena sonrisa.
M. tuve un vuelco en el corazón al verte. pensé que no habría más personas, pero fuistes la última en llegar (espero que no sea así siempre). siempre te he imaginado como una chica siempre escribiéndo con las persianas bajadas. y es que la única luz importante que hay en la habitación es la de tu corazón.
y, obviamente, a todas aquellas personas silenciosas que han pasado por mi vida: gracias.
