Estamos a junio y todavía no he publicado eso de "que ha signifcado el 2015 para mí".
Desde luego, ese año estará marcado en el calendario. He conocido y desconocido gente que pensaba que no necesitaba y que sí quería tener a mi lado, respectivamente. Encontré un lado, una dimensión, una conciencia que nunca (palabra grande) pensé que tendría, pero ha ayudado a formarme cómo persona y de quitarme el polvo para encontrarme a mí misma. Me he dado cuenta de lo ególatra que era y sigo siendo, de lo mucho que me afectaba lo que pensaran los demás y después no intentaba mejorarlo.Sigo buscando ese equilibrio mental, de no saltar de extremo en extremo, y, joder, no es fácil (sobretodo si te pasas el día procrastinando). Pero, al menos, ya no odio esa chica del espejo, me he cortado el pelo como quería sin importarme si había alguien que no le gustase, he aceptado que terminar el camino de forma prematura era demasiado estúpido sabiendo que no era nada, y me he atrevido a abrir los ojos mientras los nervios me arrastraban.
No me puse ningún propósito de año nuevo. Tampoco lo hubiera cumplido.
Y este año lo mismo. Tal vez, por poner uno, sería dejar de repelarme los labios aunque me duelan de tantas veces que lo he hecho. Pero ni con esas. Tengo cosas más importantes en las que pensar.Feliz año nuevo en junio.