Prólogo

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¿Cómo puede el amor llegar a afectar en tu vida?, Llega de repente y así de repente se va, sabes que está ahí, que puedes encontrarlo, pero, aunque yo lo encontré, desearía haber hecho que se quedara.

La conocí de una manera de la cuál nunca esperé enamorarme y en aquél momento solo quería un beso. Pero, ese beso fue lo que desee por toda la relación.

Ella me hacía feliz, decía su nombre en mi mente, y aún irrumpia en mi mente aquel recuerdo de ella, sobre cuando la conocí aquella vez.

Cada despedida después de dejarla en su casa junto a un cálido abrazo que me llenaba de calma, era lo mejor, siempre me hacía feliz, era feliz si ella lo era.

Cuando la tomé de la cintura la primera vez que la conocí, y la tomé de la mano, cuando me vio borracho por primera y última vez, cuando me vio fumar y me dió un golpe en el hombro, cuando, la veía reír, sabía que ahora no la vería más, no la abrazaría más, y ahora sus abrazos son lo que más necesito.

¡Maldita sea! La necesito.

Ella me vió destruido y me reparó, literalmente me decía que las personas no dependen de otras, pero la verdad, dependía de ella para ser feliz.

¿Como no se puede depender de otra persona? Todos dependemos de otras personas para todo, no seamos pendejos, nadie puede vivir sin otra persona en su vida.

Pero, ella era mi vida, ¿Ahora qué hago?.

No importa, lo que ahora puedo hacer, es esperarla, a que vuelva. Yo solo veo cada autobús esperando que sea ella la que se baje de uno de ellos y corra a mí para abrazarme, aunque sé que no es cierto.

Te esperaré, salsita roja, Garrapata.

Te amo, aquí estaré, siempre... Te extraño.

Hasta llevarte a París [Concluído]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora