capítulo 6

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Cada vez que hacíamos llamada, como supongo que tuve que haber dicho, o discutíamos, o reíamos, sea lo que sea, pero hacíamos algo, a alrededores de mayo, abril o Junio (quizá), la había llamado, y me contó que iba a ir a una fiesta, que por eso, hablabamos mañana cuando pueda, ya que esta noche iba a ir con sus amigos y eso, con lo cual, sin ningún problema le dije un simple y sencillo "Esta bien" pero no terminó ahí, me dijo que iba a ir un tal Jimmy o algo así, Asdel, su Ex, y más amigos.

Esa noche, si mal no recuerdo era un miércoles o jueves, no lo se con exactitud, solo sé que esa noche me quede viendo Acapulco Shore, la repetición de la temporada 7, la nueva temporada 8 creo que salió tiempo mas tarde. Esta noche, me sentia inseguro pero todo bien.

Unos dias después, empezamos a hablar y eso, hasta que hubo otra discusión, y esta vez Lucía ser fuerte, porque en cuanto colgó, me bloqueó las llamadas y mensajes.  Decidí no molestar porque yo también me había molestado.

Al día siguiente, no moleste, ni el siguiente tampoco, hasta que me empecé a preocupar porque ella no me escribió ni nada, asi que si yo la iniciativa. Le mandé un mensaje, el cual nunca respondió, me empecé a preocupar más por ella. Intenté llamarla pero fue en vano, no contestaba, al igual que el montón de mensajes que le mandaba, y ella nada que aparecía.

Se sentía extraño no tener a alguien a quien molestar cuando te acostumbras a una persona y no aparece.

Quizá ahora sí se había aburrido, pero solo la esperaré.

Decidí no molestarla más, ni mensajes, ni llamadas, hasta que ella volviera.

Un día mientras estaba tranquilo, escribiendo la segunda temporada de mi libro escrito a mano "Faded Away" o "Desvanecido" una llamada llegó al teléfono, quizá era Paola, una amiga que se había enamorado de mi, y yo solo "Joteaba" con ella, o quizá Paulimar, una amiga también, pero con ella si me llevaba como amistad extraña. No era nada más y nada menos que Adaliz, una amiga que vivía cerca de donde yo, es la sobrina de la antigua dueña de la casa donde estaba ahora con mi abuela.

Me llamo para darme los buenos días, algo que siempre me daba por mensajes porque... Era mi novia, y de paso me llamo para preguntarme sobre algunas cosas y sus precios, ya que además de mi novia, era mi clienta, una extraña relación, pero nos entendíamos.

Contesté sus preguntas y al rato, colgamos la llamada. Seguí escribiendo, mis piernas cruzadas, mi mente y ojos centrados en los pulsos del lápiz escribiendo y dibujando cada letra e ilustración de la serie, hasta que volvieron a llamar, no me importó ver quién era, pero a simole vista vi ese nombre, ese peculiar apodo, "Salsita Roja".

De inmediato contesté y me fui a la oficina donde nadie me molestaría y emocionado, con el corazón casi en la boca, sudando de los nervios, le hablé.

— ¿Hola?

— Darío, ¿Estás ocupado? — Le noté la voz un poco extraña o agitada.

— Para nada, ¿Qué pasó? ¿Por qué no respondías?

— Aquí paso un peo, ahora estoy metida en aquí con la policía, en la estación — [como sea que le llamó, no era estación, lo nombró de otra forma, pero se refería a eso].

— ¡¿Qué?! ¡¿Pero qué pasó?!

— Más tarde te cuento, me tengo que ir.

— Pe- pero Belinda... — tartamudee.

— Te llamo más tarde.

— E- ... Esta bien —  volví a tartamudear pero debía dejarla, estaba ocupada.

Hasta llevarte a París [Concluído]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora