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Veía al cielo de vez en cuando y le hablaba, le decía lo mucho que te amé y cuánto no daría por siempre estar contigo. Me enamoré de ti que hasta me convertía en un niño contigo aunque lo era y lo negaba.
Odié toda mi vida que me llamarán niño porque mis padres me hicieron odiarlo. Desde que tenía quizá unos 7 u 8 años, me exigían madurar siendo yo un niño, me humillaban y me insultaban con eso, por solo ser un niño, y ahora tengo traumas y miedo ya que debido a eso, casi no pude vivir mi infancia sin miedo a hacer las cosas mal o bien para ellos. En cambio, cuando tú lo decías, me enfurecía, pero sabía que eso te había feliz, o te hacía reír y con eso, yo reía también.
Tu sonrisa era magnífica y con ella podría vivir el resto de mi vida. Tus ojos eran tan brillantes y apagados que con ellos veía la noche. Tus palabras y formas de expresarte me hacían querer escucharte a cada rato y jamás dejar de hacerlo. Soñaba con una familia contigo y vivir juntos algún día, pero ese sueño, fue arrebatado.
Un día cualquiera en el trabajo, cuando aún estaba abierto y funcionaba bien, a veces me mandaban a ir a comprar jugo de naranja a un vendedor de la esquina.
Tenía que caminar un poco, siendo aún la cuadra de en frente a la otra esquina.
Cuando iba a comprarle, me asomaba más allá de donde el señor vendía, ahí mismo era como un gran taller donde reparaban cosas de autos, o quizá otras cosas, nunca lo supe ya que jamás mire hacia dentro de allí, pero se alcanzaba a ver de a poco.
Cerca de ahí, más atrás de dónde estaba parado, vivía una vieja amiga que me gustaba mucho antes de Belinda, quizá hasta antes de Virginia, conozco a su hermano, somos amigos. Cerca de esa casa también había un lugar donde vendían productos de limpieza y eso. ¿Qué carajo tiene que ver todo eso ahora? ¿Por qué coño estoy pensando en eso o al menos dicinedolo?, Nadie me está escuchando y a nadie le importa las cosas que hayan en esta puta calle de mierda.
Nao nao nao amigo mío, (¿ A quién coño le digo así? Estoy hablando conmigo mismo, soy imbécil) esto es importante para después.
En aquella esquina veía gente, paradas donde ellos esperaban los transportes "Transbarca", así se llamaban. Esa calle es de cruce de cruz, había muchas vías.
Al tomar el jugo que pagué, me iba caminando en esa ancha calle, viendo cómo carros corrían a la dirección contraria a la que iba y yo iba tan contento como siempre.
Eran las cinco de la tarde y ya me encontraba en ese terminal de pasajeros z esperándote, caminando de lado a lado para estar seguro de a dónde irías o donde llegarías, para recibirte aquí con un abrazote.
Cargaba con una gran ansiedad, era inevitable, sudaba, temblaba un poco, y me dañaba la mente pensando en que no quería que vinieras, no quería que vinieras porque al venir te irías. Puta madre, ¿No es obvio?.
Asi era como pensaba, y no sé si así piensen todos, o la mayoría, pero cada que pienso algo, hay una parte de mi que prácticamente me hace saber que lo que pensé es ridículo o muy tonto.
Parezco subnormal.
Ahora no sé por qué pienso que parezco una prostituta de mierda.
Me encontraba parado en la esquina del terminal de pasajeros para ver si llegabas, llevaba mucho rato aquí esperando, y aunque sabía cómo era el carro de tu tío, me confundía con otros y mi corazón ardía de lo rápido que latía.
Al rato, vi como un militar tenía unas flores, era un ramo de éstas y me sentí mucho peor que antes, ya que hace mucho como mencioné, yo a Belinda quería llevarle flores de vez en cuando.
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Hasta llevarte a París [Concluído]
Teen FictionHasta llevarte a París. Basado en la vida real de Darío villa (Yolkann [yo]) y Belinda Miclos. Todos sabemos que la primera vez no siempre es la mejor forma de conocerse, siempre se conoce a alguien de la manera más rara o estúpida posible, pero es...