Capítulo 13

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.☞                                     ☆                                       ☜.

Después de que me enterara de aquella cosa, fue terrible para mi, tanto que quedé destruido, deprimido, y ya las cosas perdían el sentido poco a poco.

Saber que alguien más recorrió su piel, que alguien más la tocó, que alguien más la pudo hacer tocar la luna, me dañaba.

Al final la culpa no fue de nadie, ella hizo lo que quiso cuando quiso, y yo solo fui tras de ella haciendo daño a mi paso.

El día siguiente después de aquel suceso, decidí salir hacia su casa, y eso hice, pero no duré mucho tiempo para irme.

No hablábamos tanto, ya casi la comunicación estaba muriendo solo por el hecho de que lo que hizo me destruyó.

Yo también lo admito.

He hecho cosas que incluso quizá a ella le dolió, cosas que nunca debí hacer, y estoy diciendo todo esto porque ella nunca fue la víctima, y mucho menos la culpable. No estoy diciendo esto para ir en contra de ella y atacarla, solo estoy confesando todo lo que sentí aquella vez.

Mi mirada iba cada vez más vacía; cuando estaba solo, ese recuerdo era el que más me atormentaba; pensé muchas veces en decirle que dejáramos todo hasta ahí y que no quería saber más de ella, que esta vez hiciera lo que quisiera, y no fui capaz.

¿Era esa mi mayor cualidad? ¿Ser un estúpido incapaz de hacer algo, indeciso, inmaduro, y un completo pendejo?, Ella era todo para mí, y al parecer, jamás pude ser suficiente para ella aunque mil veces dijera que siempre lo fui.

Desearía haber estado aquella noche y ser yo aquel mal nacido a quien ella le entregó su cuerpo, o al menos ser yo quien lo evitara, ser yo aquel hijo de puta que lo hubiera matado a golpes si tan solo se atrevía a seducirla o a tocarla.

Eran los pensamientos que tanto decía en mi mente, pero algunas otra vez veces, solo quería a Belinda fuera de ella, fuera de mi mente.

Las cosas son así, pasan sin avisar, te ilusionan, te van enamorando, no dejas de pensarle y vive en tu mente con promesas a futuro, de casarse, vivir juntos y tener una vida, cumplir sus sueños pero esos mismos sueños te destruyen cuando se tropiezan con una piedra en el camino y solo deseas no ilusionarte, la quieres fuera de tu corazón y de tu vida, no quieres pensarla ni mucho menos verla, no quieres ese futuro con ella ya y todo se va a la mierda.

Así me pasaba con ella ahora.

Yo era tan inocente, fui tan inocente, ella fue inocente pero consciente, yo en cambio no lo fuí, no fui tan consciente porque hasta por lo que hizo, la perdonaba, nunca le dije que la perdonaba por eso porque ella no necesita mi perdón, no soy tan importante como para que ella me pida disculpas. Así es, uno siempre se disculpa con las personas que le importan, y de eso no hay dudas.

Los mensajes de WhatsApp entre ella y yo terminaron con que ella me dejó en visto, creo que ni en visto, en gris, y opté por borrar el chat.

No quería saber de ella, literal, pero la perdonaba, por eso la veía.

¡Ah! ¡Maldita sea! ¡¿Por qué siempre era tan bipolar?!

Estaba cansado, con el corazón roto, ya había pasado unos meses en Cabudare y todos los pase con ella hasta estos últimos días desde aquello, ya que he ido a la casa azul mucho menos.

Pero todo cambia, porque obviamente ya mencioné varias veces, que iba a verla, no la veía igual, no tan igual, seguía enamorado, solo muy destruido, y pues nos llevábamos bien.

No deje que esa noticia me derrumbara, ella fue valiente como para contarlo, y yo tan imbécil como para dejar que me destruyera.

Un día, en la tarde, había salido, pero no había ido a casa de Belinda, en todo el día solo salí en la tarde, con mi suéter rojo pero creo que se lo había dado a Veruska, el anillo lo traía puesto, mi camisa negra ancha, y los zapatos negros, mi vista estaba abajo y Veruska venía a mi lado, hablando sobre lo que pasó y trato de consolarme, pero solo lo hacía peor, me daba más razones para hacer crecer mi odio hacia Belinda por lo que hizo.

Hasta llevarte a París [Concluído]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora