Capítulo 14

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Claramente hay cosas que me salté, que quizá se me olvidó mencionar o no supe en qué tiempo iba aquel recuerdo, quizá no todo sea tan perfecto, pero vino de mi lo mejor que pude dar.

Se me olvidó contarles sobre Dekaine, llegó a ser en mi vida una doble personalidad por la cual a veces era bipolar, era una mierda.

El nombre que le di a uno de mis personajes de mis libros y su personalidad ahora resulta que me tocaba vivirla. Era una mierda, y suena a mucha fantasía, pero era la realidad.

En fin, ¿Dónde quedamos?

¿Me fui?, ¡Wow¡, ¿ya llegamos hasta ahí?, Qué rápido.

La verdad es que si llegamos muy rápido hasta este punto, y no por eso debe terminar ahí, las cosas aún no terminan, todo apenas comienza.

Cuando me fui de Cabudare, me costó porque sabía que no iba a volver a verla, o al menos solo mirarla, me costaría mucho poder soportar eso, pero tenía la esperanza de volver a Cabudare pronto y verla, para despedirme.

Creo que en capítulos anteriores jamás tuve la fe de llegar a hasta aquí y lo dije, pero no recuerdo. Por otro lado, siempre creí que me iría antes que Belinda, ya que ella me había contado sobre que se iría a Puerto Ordaz, y tenía además de miedo, unas ganas de dejarle un último recuerdo.

Siempre estuvo en mi cabeza irme primero que ella, ¿Y saben?, Me ponía a pensar... ¿Y si le duele? ¿O no?, ¿Qué hará después de mi?, ¿Quién la llevará a salir?, ¿Quién estará para ella en cualquier momento como cuando yo lo estuve?, ¿Quién lo hará?. Esas cosas a veces no me dejaban dormir tranquilo.

Nunca hubo un momento en el que ella no estuviera en mi mente, era lo primero en mis días y noches, siempre era ella, por eso me preocupaba dejarla sola, aunque de que siempre ha sido fuerte, eres fuerte Belinda.

Mírate en donde estás ahora, tienes experiencias, eres madura, eres importante en la vida de muchos, ¿Qué sería de ella sin ti?, Eres fuerte y has sido fuerte en cada momento de tu vida cuando debías serlo, caíste y te levantaste aún más fuerte. Lloraste, reíste, te lastimaste, y te quebraste, pero ante todo lo que hayas pasado no te has rendido y estoy muy orgulloso de ti, yo y todos los estamos, orgullosos de ti Belinda.

Llevarte a París es tu sueño y mi promesa, y juro, lo juro ahora como te lo había prometido y aunque te valga cinco mil hectáreas de mierda, lo prometo Belinda, Aunque me cueste la maldita vida que tengo, te llevaré a París, iré por ti, e iré contigo. Sería la primera promesa que cumpla en mi vida con tanta sinceridad.

...

Pasó el tiempo desde que me fui, y habíamos tenido una nueva discusión, recuerdo cómo empezó.

Esa noche había ido al balcón de la casa, solo para tener mejor internet ya que estaba como la mierda. Recuerdo que tocamos el tema de tu virginidad y fue algo así, no la recuerdo bien pero haré lo mejor que pueda.

— Darío, ya te lo dije, tu tienes una forma de ver la virginidad errónea, eso solo es... — (No recuerdo cómo lo había llamado, pero era como un tipo de estereotipo de cuerpo) — Yo al menos no lo veo así — Me habías respondido.

— ¿Pero tú sabes lo que duele eso?, ¿Que la persona que más amas se acueste con alguien más? — dije entre letras de aquellos mensajes llenos de ira.

— Ay Darío, si a mí no me importó, menos te debe de importar a ti.

— Pues mira, no te importó a ti, pero a mí sí, porque a mí me dolió, a ti no, ni un poco, no pensaste en nada maldita sea, no pensaste en lo que podía pasar ni a quien le pudo afectar.

Hasta llevarte a París [Concluído]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora