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Minutos antes

______ se quedó atónita por un momento, sí, era un chico que le parecía atractivo pero ella sabía muy bien que estaba en una pandilla; no lo había visto antes y mucho menos interactuando con los que consideraba de "confianza". Sea buena persona o mala, quién sabe, ella puede ser que no sepa muy bien desenvolverse en la calle, pero sabía tomar sus precauciones.

—Gracias por tu oferta, Sanzu-kun—hizo una reverencia—Pero Baji-san ya se había ofrecido antes, de todas formas gracias—agregó amablemente.

El albino alzó una ceja y soltó una risa sarcástica.

—¿En serio confías tanto en él?

Lo miró extrañada.

—¿Por qué no hacerlo?

Él suspiró.

—Se me hace extraño que últimamente lo inviten a las reuniones, él cada vez es más problemático. Es patético, siempre está golpeando a quién se interponga en su camino—Sanzu dirigió su mirada con escasa emoción hacia la chica—¿Qué te garantiza que ese no te hará lo mismo?

Las palabras de Sanzu hicieron molestar a ______, pero no lo demostró. Ella seguía sonriendo, aunque apretaba su puño con molestia.

—Lo único que puedo decir a base de que no lo conozco tanto...Baji-san es una persona noble con lindos sentimientos, si fuera tan mala persona ni se preocuparía por su mamá; y él a pesar de que se muestra hostil, es alguien que vale la pena conocer—sonrió sin darse cuenta.

El pelinegro estaba detrás de unos arbustos, la había conseguido en un momento en el cuál estaban discutiendo sobre él, sin embargo las palabras de _____ llenaron su corazón mientras que la ponzoña de Sanzu activó su sangre haciéndola hervir.

Sanzu le sonrió con los ojos.

—Como quieras, sólo te estoy dando mi sugerencia. Si en algún momento de aburres del tipejo de la primera división, no dudes en buscarme. Soy vicecapitán de la 6ta división especial.

Vio como el albino conforme se iban alejando caminaba más cerca de la chica, un sentimiento extraño se manifestó desde lo más profundo de sus entrañas. Era su amiga y no quería que fuera amiga de ese tipo, no quería ni siquiera que le dirigiera la mirada a un aprovechador como él. Así que no le importaba nada, le iba a decir sus cuatro mierdas a la cara, sobre todo a ella que decide confiar en todo el mundo.

×

Corrió hasta que sus muslos empezaron a arder. No sabe en qué parte de la ciudad estaba, ella solamente corrió, corrió y corrió hasta dejar de sentirse miserable consigo misma. Estaba al borde de una carretera del lado verde del bosque dónde se había perdido. Ya estaba totalmente oscuro y ya no le preocupaba si le llegaban a hacer algo; lo tomaría como su castigo.

Se sentó en la hierba y se arregostó en un árbol, soltó un gran suspiro con sus ojos perdidos en la nada.

A lo lejos una luz cegadora se acercó hacia ella, el sonido de un grupo de motocicletas resonaba en sus oidos, pero no le prestó atención debido a que sus amigos de Toman no eran los únicos en la ciudad que manejaban motos.

Sin embargo se llevó una sorpresa cuando vio a aquellos dos pararse frente a ella.

—Pareces una loca de carretera—bromeó aquel de voz conocida con su tono juguetón, el más alto se bajó de su motocicleta y ambos se pararon en frente de ella.

Aún cegada por las luces de las motos, alzó su mirada por un esfuerzo de ver el rostro de aquellos chicos.

—¿Draken y Mitsuya-kun?—repitió atónita, se removió del piso y se levantó—¿Q-Qué hacen aqui?

Mitsuya sonrió compasivamente.

—Venimos a hablar contigo.

Ella miró a ambos, le costaba mirarlos a los ojos después de todo lo que había ocurrido.

—Queremos ofrecerte un disculpa—agregó Draken.

Ella negó con la cabeza.

—No le veo sentido a que ustedes se disculpen, más bien, yo soy la que tiene que disculparse—bajó su rostro con una expresión triste y melancólica.

—Le di una bofetada a Emma, no puedo si quiera mirarlos a ustedes a la cara...Por cierto—levantó su mirada sin muchas ganas, pero tenía el corazón en la boca—¿Cómo está Emma?

Draken sintió lastima por ella, era una chica sensible pero la mirada que mostró en ese momento casi hace que se le cristalicen los ojos, no obstante, era alguien que no se pondría a enternecerse por alguien en público.

—Ella está bien, no te preocupes; ella  sabe que esa bofetada no era para ella—sonrió.

Mitsuya estaba de brazos cruzados apoyado en su motocicleta.

—Vamos a hablar a otra parte, este lugar me da escalofríos.

Draken miró a Mitsuya.

—Tienes razón—dirigió su mirada a ______—Vamos.

Draken se subió a su moto, puso su pie en el pedal de arranque.

—Sube—ordenó.

Ella asintió sin ningún problema y se subió a la moto de Draken. Rodeó la cintura de Draken con sus brazos.

—Sujétate fuerte.

×

Habían dado vueltas por toda la ciudad, tal vez lo hicieron para que ______ despejara su mente un poco, cosa que funcionó ya que estaba disfrutando de su paseo. Pronto los "gemelos" dragón pararon al llegar a un muelle, se quedaron un rato en silencio disfrutando de la brisa que movía sus cabellos; miraron aquel mar oscurecido por la noche. Draken dijo unas palabras.

—Él sólo quiere que estés bien.

El comentario lanzado de la nada la tomó por sorpresa, miró al rubio para prestarle más atención.

—No quiere después estar cargando con la responsabilidad de que alguien se aprovechó de ti o que te hizo algo—dirigió sus orbes hacia la pelioscuro con una mirada determinante— Porque sabe que no se va a contener con esa persona y la va a terminar matando.

Se quedó pasmada en donde estaba tratando de procesar lo que dijo Draken.

—Pero por qué él...me tuvo que...—Draken la interumpió.

—Eso tendrás que preguntárselo a él—sonrió, el sonido de una motocicleta se hizo cada vez más cercano, hasta que en un parpadeo Baji paró en frente de ella.

—¡Oh vaya!¡Tengo que ir con mis hermanas!—espetó en un tono sobre actuado—Miren la hora, me tengo que ir.

Draken siguió con el mismo tono de Mitsuya.

—Oh Dios, sí, yo te acompaño.

Y en menos de lo que cantó un gallo ellos se marcharon. Baji estaba en frente de ella, no la podía mirar a la cara; mientras que ella estaba roja como un tomate.

—Sólo quiero que sepas que a pesar de que te esté regañando a cada rato y que te haya gritado...aunque no debí hacerlo—murmuró lo último por lo bajo, alzó su mirada para mirarla.

—Lo hago porque te quiero y no quiero que te pase nada—admitió con pujos pero lo hizo.

Los ojos de la chica se cristalizaron, tenía sentimientos encontrados. Se lanzó a abrazarlo, aquel gesto lo tomó por sorpresa.

—Yo también te quiero—sollozó—No quiero perder a mi primer amigo.

Él se hundió en los cabellos de la chica, la siguió abrazando con fuerza, la brisa se hizo más fría; no se querían separar, mucho menos ella.

𝐀𝐦𝐧𝐞𝐬𝐢𝐚|𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐣𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora