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Estaba tan cerca de ella que no podía contenerme aunque quisiera, sus grandes ojos se iluminaron como faroles, ella no se detuvo como en otras ocasiones, mi corazón se encontraba hecho un completo nudo.

¿Por qué no me aparta?

Podía sentir mi pulso y mi respiración cada vez agitarse más, mis mejillas se calentaron como una olla de presión, al igual que una bomba esperando a explotar. Detallaba minuciosamente sus carnosos labios carmesies, ahora sólo podía recordar el tacto de sus labios en mis mejillas cuando nos saludabamos en las mañanas para ir a la escuela.

¡PERO ESTO ERA DIFERENTE!

Mis oídos se encontraban completamente aturdidos por el sonido de mi corazón. Tragué en seco, ella cerró los ojos y alzó sus labios hacia los míos.

Vamos Keisuke, ¿Cuando habías esperado por esto?

Respiré profundo.

Tú puedes, tú puedes. Pero la conciencia no me dejaba en paz; ¡Ella es tu amiga, por Dios!

No puedo hacerlo...

¡YA! ¡TRÁGATE TODOS ESOS PENSAMIENTOS, ES AHORA O NUNCA!

Cuando Baji estaba más que llevado por sus sentimientos, fue sacado de su burbuja.

–¡Esto es increíble!–la piel del azabache se puso como de gallina, la fémina abrió sus ojos de golpe con aparente miedo en su mirada, ambos se quedaron estáticos como estatuas.

Aquellos taconeos se escuchaban desde afuera yendo y viniendo.

–¡¿Cómo es posible que estos niños no sepan nada sobre modales, Richard!?

El mayordomo se veía desesperado y con gran apuro seguía a la señora como un perro faldero.

–Creo que debería calmarse un poco señora, después de todo tienen una crianza diferente–agregó con una apasiguante sonrisa.

Pero ella seguía sobreexaltada.

Le dio un golpe al piso con su tacón.

–¡Pero no es posible que sean como unos niños de preescolar!–hizo un ademán de indignación mientras que apretaba sus labios haciendo un berrinche–Necesito ir a mi habitación a buscar ese libro de normas de etiqueta, estoy más que segura que está allí—acercó su mano hacia la perilla.

Richard abrió sus ojos a la par, muy bien sabía que la señorita estaba con aquel joven en la habitación. Los chicos al escuchar toda la conversación al otro lado de la puerta simplemente se limitaron a guardar silencio y a pensar en un mejor plan.

–Vamos señora, creo que será mejor llevarles la contraría, después de todos son niños–pensó que si calmaría a la señora se le iría la idea de entrar a la habitación.

La pelirroja dejó escapar aire, dirigió sus manos a su frente y empezó a sobarse toda la zona.

–Por cierto, ¿En dónde está,_____?

–La señorita estaba por el jardín, estaba con uno de los jóvenes cerca de la zona de los conejos—le respondió sin paniquearse.

–Hmmm, está bien. Pero igualmente tengo que buscar el libro– rápidamente abrió la puerta para encontrarse con su habitación completamente vacía.

El sonido de los zapatos de la señora se escucharon por toda la habitación. _____ pensó que su corazón se le iba a salir en ese momento. Estaban escondidos debajo de la cama, puesto que era la primera vez que la chica se escabullia en algún lugar, ella podría tener todo un plan en su cabeza pero por el mismo miedo que le tiene a su madre ella se queda como una completa estatua.

𝐀𝐦𝐧𝐞𝐬𝐢𝐚|𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐣𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora