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Metió sus manos en los bolsillos por todo el camino hacia el internado, Chifuyu y Baji cruzaron mirada; tal vez les parecía extraño que _____, una chica que hablaba más que un loro estuviese callada por todo el camino. El pelinegro se aproximó hacia ella posando su mano en la cabeza de la chica despeinando sus cabellos.

—Planeta tierra a _____, ¿Te encuentras bien?

Cómo si le hubiesen echado uns cubeta de agua fría, salió de su trance.

—Oh—lo miró algo desorientada—Sí,sí,sí, estoy bien.

Chifuyu se acercó a ella indignado.

—Claro, te habla Baji y al instante le contestas, pero YO—Se señaló a sí mismo—¡Que te estaba contándote de mi día y hablándote desde que empezamos a caminar, no me prestas atención! Qué pelotas las tuyas—apartó su mirada y cruzó sus brazos con indignación.

La chica negó repetidamente con sus manos, estaba avergonzada.

—¡Perdón Chifuyu!—soltó de golpe—Estaba pensando en otra cosa.

El rubio entrecerró los ojos, iba a abrir la boca pero Baji se le adelantó.

—¿A dónde vamos?

—¿No te había dicho?

Baji negó con la cabeza.

—Vamos al internado,Baji—caminó un poco más rápido para ir a la par con Baji, sin darse cuenta que dejaban el pobre de Chifuyu atrás.

Chifuyu suspiró y salió corriendo hacia ellos.

—¡OTRA VEZ ME ESTÁN EXCLUYENDO IDIOTAS!—gritó, tal vez parecía más un gatito enojado que una persona intimidante que te podía romper a golpes.

Baji y ______ se miraron, estallaron en risas.

—¡No es gracioso!

×

Era un lugar que la atmósfera te hacía sentir incómodo, los directivos estaban reunidos discutiendo asuntos referentes al internado. Por una ventana de la dirección se podían apreciar a los niños jugando en el parque; la verdad esperaba algo más tenebroso, pero al fin y al cabo era la educación de niños; no podían mantenerlos cohibidos en una habitación.

Baji, Chifuyu y _____ al pisar la dirección. Vieron a aquel niño sentado de espaldas en una de la sillas de la directora, el cabello rojizo con un mechón blanco del pequeño niño simplemente la emocionó, quería gritar, quería tirarse a abrazarlo; pero la última vez que lo hizo la sacaron de allí.

—Me alegra que haya llegado, señorita Sutori—una anciana con un moño amarrando su cabello gris estaba en una de las sillas más grandes, era la directora. Su voz carraspoza y profunda rebotaba en las paredes de la habitación.

______ hizo una reverencia, disimuladamente le dio un codazo a cada uno de los chicos, estos al instante se inclinaron.

Aquella mujer le dedicó cierta mirada de desaprobación. Sin más, sólo pronunció unas palabras.

—Su madre ya firmó el papeleo faltante, puede llevárselo.

No duraron mucho, Chifuyu miraba de manera extraña a la chica, su hermanito y ella ni se miraban; era extraño.

Al poner un pie fuera del edificio, era como si una corriente eléctrica hubiese recorrido el cuerpo de los dos hermanos.

—¡Hermanita!¡No sabes cuánto te extrañé!—sollozó el pequeño.

Lo abrazó con fuerza, debido a la emoción unas lágrimas se le escaparon. El pequeño niño pelirrojo miró de reojo a aquellos chicos que estaban con su hermana.

𝐀𝐦𝐧𝐞𝐬𝐢𝐚|𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐣𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora