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-¡Te agradezco que lo dejes en paz, si se siente bien así, es su decisión, en ningún momento ha dicho que le han dejado de gustar las mujeres!¡Déjalo por favor!-gritó un hombre alto de cabello negro y ojos grises, estaba enojado y otra vez peleaba con su mujer.

-¡Míralo!¡Sólo quiero que lo mires!-señaló al pequeño-¡Es un maldito fenómeno!-señaló a la criatura.

Un niño de 8 años estaba sentado en un rincón de la habitación confundido por la discusión de sus padres. Sus cabellos eran rojos y sus ojos azules como el cielo, pero, era demasiado hermoso como para ser un varón, algunos razgos de su rostro eran muy femeninos, sus manos e incluso su voz era lo más parecida a la de una niña y eso era algo que su madre no iba a soportar.

Ese sin duda fue el peor error que pudo haber cometido.

El crío tembló al solo cruzarse miradas con su madre, a tan jóven edad no podía entender por qué siempre tuvo que ser señalado por ella. Pero no aguantó más en lo que lo agarró por el cuello de la camiseta.

—¡Mamá no me pegues, te juro que soy niño!—su madre lo alzó hasta aproximarlo a su rostro, él cerró sus ojos con fuerza, estaba aterrado y con su respiración agitada.

Abrió sus ojos al ver que su madre lo había soltado.

—¿Mami?—su minuscula mano secó sus mocos y limpió sus cristalinas lágrimas de ángel de sus ojos azules celestes—¿Crees que soy un monstruo?

Cuando se encontró con esos ojos azules se quedó paralizada, asustada y no podía procesar ni pensar bien lo que pasaba por su mente. Tenía un hijo que se veía como una niña y esa fue su más grande decepción.

Le lanzó una bofetada que le volteó la cara completamente que de su nariz salió sangre. Iba a darle otra más fuerte, pero fue cuando su padre se entrometió.

—¡Eres una maldita loca, no voy a dejar que le sigas pegando!

—¡Tú eres el maldito que está dañando a nuestro hijo, eres un enfermo!¡Lárgate de mi casa, no te quiero ver más!

El hombre enfureció y le hizo frente a la mujer.

—¡No voy a permitir de que me alejes de mis hijos, Europa, no dejaré que me alejes de _____ ni de Haiden!—vociferó.

Me acuerdo que simplemente me fui de la habitación, lejos de ellos...

Mi hermana estaba en una de las habitaciones de arriba apartada de aquella pelea. Entré a la habitación y ella estaba jugando con su osito de peluche, seguía siendo una niña pequeña, tenía 2 años.

Me miró con aquellos ojitos inocentes.

—¿manito pote estás lorando?—me senté a su lado pero ella no se esperó para revisarme mi cara totalmente preocupada—¿Te caite?

—No te preocupes, _____. Solo me di un golpe con la puerta—traté de sonreír lo mejor que podía, lo suficiente para engañarla, pero _____ era una niña demasiado inteligente para su edad.

—Haiden, ¿Por qué tienes que mentir? ¿Sabías que te puedes morir si mientes?

—¡Eso es mentira!

—igal que la tua—le sacó la lengua.

No me acuerdo qué fue lo que pasó después de eso.

×

El tipo la tenía con medio cuerpo fuera de la moto, lo sorprendente de esto es que él aún podía cargarla con un solo brazo sin ningún problema.

—¡Suéltame grandísimo idiota!—le gritó _____ para que él se detuviera, obviamente fue en vano.

—¿Acaso quieres que te suelte en las vías para que te mate un carro?—la subió a la motocicleta porque ya se estaba cansando de que se moviera tanto.

𝐀𝐦𝐧𝐞𝐬𝐢𝐚|𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐣𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora