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Muchas cosas tenía por hacer y el tiempo cada vez iba más rápido, llevar a cabo un plan no era cosa fácil, por eso hoy estaba frente a frente con mi madre haciéndole una propuesta, que para ella fue impredecible.

-¿Q-Qué?-repitió anonadada, se dio la vuelta en la silla para mirarme con aquellos ojos abiertos a la par-¿Cómo que vas a invitar a un vagabundo a mi casa?

-Madre, más respeto, no es un vagabundo de quién hablas ¿Sí? es mi amigo y su nombre es Baji Keisuke. Así que espero que lo recuerdes porque hoy va a venir a cenar-sentencié y le cerré la puerta de golpe.

-Como quieras-le escuché decir a mi madre.

Me tiré en la puerta en lo que la cerré, mi corazón latió a un ritmo desbocado, estaba temblando como gelatina y la verdad me sentía más que bien. Nunca había prácticamente obligado a mi mamá a aceptar cierta cosa.

Pero cambió.

Baji sin saberlo me iba a ayudar con mi investigación.

Caminé hacia mi habitación para planificar el día de hoy, sobre el almuerzo, qué me iba a poner y sobre todo...lo más importante.

Lo que necesitaba buscar.

Me miré al espejo una vez más, tomé aire y saqué de uno de los cajones una foto rasgada. Según recordaba en aquella foto estábamos Mamá, Papá, Tsuyomi en brazos, yo a un lado de ellos y a mi lado mi hermano...

Pero lo único que estaba en frente de mi era mamá con Tsuyomi en brazos y yo a su lado. La parte en donde estaba mi hermano la habían cortado al igual que la cabeza de mi padre en esa foto.

Al consultar con Mitsuya hace pocas horas con uno que otro mensaje, ambos estuvimos de acuerdo que para adentrarnos más a la investigación teníamos que averiguar más sobre mi hermano.

Qué le pasó, cuál fue el detonante para que se marchara de casa y si papá tenía algo que ver, por supuesto no podía dejar de lado lo extraña que estaba mi madre, por ahora mi prioridad era averiguar sobre el pasado de Haiden.

Me puse mis aretes y me arreglé un poco el cabello. Sin importar que fuese simplemente Baji, mi mejor amigo, tenía que vestirme a las expectativas de mi madre.

Así que elegí un vestido de falda corta de color claro, algo para siquiera animar el ambiente. El timbre sonó a los pocos minutos, no tenía que preocuparme por ir corriendo como una loca al abrirle, ya que Richard lo haría por mi.

Mientras caminaba por el pasillo y bajaba las escaleras me encontraba sonriente por el hecho de que tal vez la señora Baji haya ayudado a peinar a Kei, solté una risita al imaginarmelo con su peinado lamido por una vaca fuera del Colegio.

Bajaba las escaleras cuando...escuché no sólo la voz de Baji, sino la voz de Chifuyu, Smiley, Angry, Mikey y Draken.

Casi me caigo mientras corrí con prisa hacia la sala, y sí. Efectivamente mis sospechas eran ciertas.

Smiley estaba caminando por la preciada alfombra blanca de mi mamá dejando sus zapatos marcado con tierra allí. Draken simplemente veía la biblioteca mientras que Mikey parecía hipnotizado por los peces del acuario. Chifuyu resoplaba con completo aburrimiento sentado en una de las sillas de colección donde se sentó la reina Isabel I, horrorizada de que mi madre ni siquiera me deja sentarme en esas sillas.

-¡Hola!-saludó Baji caminando hacia mi con una sonrisa.

Nahoya se animó a saludar.

-¡Vaya, tú casa es muy lujosa, gracias por invitarnos!

-Espero que no te moleste que los haya traido, la verdad es que se me pegaron y no pude evitar traerlos-expresó algo apenado.

-¡N-No te preocupes Baji, todo estará bien!-le sonreí falsamente para cubrir el tic en el ojo que me estaba dando en ese momento, y como si las cosas no pudieran empeorar más...

𝐀𝐦𝐧𝐞𝐬𝐢𝐚|𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐣𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora