029. 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗎𝗇 𝖺𝗅𝗌𝗈 𝗋𝗂𝗌𝖾𝗌

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— CAPÍTULO —
VEINTINUEVE

"el sol también sale"

"el sol también sale"

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La sensación de tener un hierro caliente atravesando mi corazón se va haciendo cada vez más intensa. Los ojos de Thanos se esfuman cuando la vista me falla por completo y caigo al suelo.

El dolor es fugaz, y con un último suspiro dejo de sentir todo a mi alrededor.

Morí. Estoy segura de eso.

Pero no me quedé así, porque vuelvo a abrir los ojos. Me llevo una mano al pecho aferrando el lugar donde sentí la quemazón, esperando que la herida siguiera allí. Sin embargo, no había nada.

Trago saliva por la sequedad en mi garganta, un acto que siento de forma diferente. Intento reconocer algo de lo que me rodea, pese a que todo me gritaba que era más que obvio el cambio en todo a mi alrededor. Profundamente también eso se aplicaba a mí. Podía sentirlo muy dentro, en lo más hondo de mi ser casi como una chispa cobrando vida anhelando estallar.

Consigo levantarme y es cuando noto el lugar a oscuras donde me encontraba. Y más presente se sentía el olor a algo quemándose.

Me sostengo de las paredes al tener que mis piernas no albergaran la suficiente fuerza. Avanzo entre la oscuridad sin saber muy bien por qué tomaba esa precisa dirección que acaba en una puerta. Empujo para abrirla quedando cegada por la luz del día contra mis ojos. Sigo recostada del marco de la puerta hasta que me armo de valor y vuelvo a abrirlos.

Parpadeo enfocando a la distancia un enorme volcán que echaba humo. Estábamos demasiado lejos, y aún así se veía impresionante. Pero esa no era la única cosa peculiar, pues a las afueras de la cabaña, recostada de un soporte, una chica de rostro angelical y cabello blanco me mira asombrada.

Sabía perfectamente a quién tenía delante. Cada fibra de mi cuerpo se despierta ante su presencia dejándome con una sensación parecida a la primera vez que la vi.

Varias cosas habían cambiado desde entonces. Ella había despertado, y yo había muerto. Aunque todavía me quedaba sin entender cómo era posible que yo siguiera aquí.

—¿Sabes quién soy? —me pregunta ella.

Su voz es tan delicada que me deja sin aliento.

—Eres Jessamy. —le respondo con la voz rasposa. Pero tras unos segundos me obligo a añadir. —Mi jinete.

Decirlo me trae de golpe los sucesos previos a mi despertar. La nave, el ataque, las revelaciones.

—Te pido que no me veas de ese modo. —se aproxima gentilmente.

—¿Cómo debería verte entonces?

Jessamy entra a la cabaña y yo la sigo como un impulso. Estar a su lado era algo magnético. La sola idea de verla lejos me generaba una incomodidad que hasta entonces no había experimentado.

𝗪𝗢𝗥𝗧𝗛𝗬 | 𝗍𝗁𝗈𝗋 𝗈𝖽𝗂𝗇𝗌𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora