𝗪𝗢𝗥𝗧𝗛𝗬 | 𝗍𝗁𝗈𝗋 𝗈𝖽𝗂𝗇𝗌𝗈𝗇

𝗽𝗿𝗼𝗹𝗼𝗴𝘂𝗲. 𝗃𝗎𝗌𝗍 𝖺 𝗅𝗂𝗍𝗍𝗅𝖾 𝗉𝗋𝗂𝖼𝖾

— PRÓLOGO —

"sólo un pequeño precio"

📍Tønsberg, Noruega
995

Antes de entregar mi alma sabía que sería mi perdición.

Claro que nadie jamás entendería lo desesperada que estaba, la sed de sangre que gritaba por ser saciada. Tal vez la época más oscura de mi vida, cuando no conocía las consecuencias de tomar una decisión sin meditarlo bien antes.

Estábamos en guerra. Y siendo parte de un pueblo guerrero ya debería hacer sabido de antemano que la muerte siempre está al acecho.

Con el tiempo la historia llamó a mi gente "vikingos". Y supongo que sólo documentaron lo que les pareció mejor, las batallas, la ferocidad, la valentía. Pero nadie hablaba de la matanza salvaje con la que teníamos que vivir día a día. En un mundo donde el más fuerte es quien sobrevive, mi pueblo no tenía las mejores probabilidades para salir adelante. Y cuando ellos vinieron, no tuvimos manera de defendernos.

Mi hermano me dijo que corriera, aunque me negué y dije que quería pelear, él se negó. Casi tuvo que arrastrarme al bosque para mantenerme viva, pero al final él también me dejó sola y supongo que murió igual que el resto.

Jamás lo comprobé, aunque los gritos y el sonido del acero atravesando la piel me sirvió para saber que me pasaría lo mismo a mí si no me alejaba. Pasé horas hasta que la oscuridad arropó el bosque entero, conmigo dentro y sin saber cómo salir. O cómo seguir.

Todos los que conocía estaban muertos, no tenía armas o dónde pasar la noche sin que me mataran los animales salvajes del bosque. Estaba desamparada.

Y en medio de toda esa desesperación, apareció la que creí era mi salvadora.

—Tatia. —giré para tratar de identificar algo en la oscuridad.

Sólo podía ver la silueta de alguien. Rápidamente agarré una piedra y la levanté en alto. Tal vez no sirviera de mucho, pero no dejaría que me vencieran sin dar pelea antes.

—¿Quién está ahí?

—Descuida, linda. No vine a lastimarte.

La silueta salió de las sombras dejando que la frágil luz de luna la hiciera visible. Era una chica, una realmente preciosa.

Casi se me cae la piedra de la mano al quedar tan asombrada. ¿Qué hacía una chica tan joven y tan bonita en medio del bosque en la noche? Lo más inquietante es que no parecía nada preocupada.