Win no podía decir que su relación amorosa comenzó como un cuento de hadas. No existió esa chispa y nadie desapareció alrededor.
Si es honesto. Al inicio su pareja dio el noventa de cien para impulsarlo todo, para conquistarlo y que poco a poco gan...
La mañana es acogedora, brillante y no molesta el clima. El reloj marca las siete en punto y la familia Chiva-aree se encuentra desayunando algo ligero antes de ir a las actividades del día. Arthit bebe su leche rosa, mientras Supacheep bebe una de chocolate; ambos visten de camisa blanca, traje azul como uniforme y llevan su ropa de deportes en la mochila.
La escuela donde los chicos asisten es completa, desde preescolar hasta el nivel media superior, además de que es práctica; suben todos a la camioneta familiar y van directamente al instituto, pues deben ir a sus trabajos.
Al llegar, el rubio mira disimuladamente a su esposo; Fong se encuentra en la entrada con una castaña y un par de chicos. La niña está colgada del brazo del pequeño, quien no parece cómodo con la acción pero no se retira.
Por el retrovisor el padre mira a su hijo, aprieta los labios y aparta la mirada, decaído. No pasa desapercibida la acción por el nuevo inquilino y le sonríe, tomando la mano del pelinegro.
Apenas los chicos se conocieron, una chispa natural nació; no es la misma que con Fong, pero es especial.
Apartaron la camioneta, bajando los padres de ella para abrir la puerta trasera; Fong parecía nervioso, no veía directamente a los Chiva-aree y ellos tampoco hicieron nada por hablar al pequeño. Por supuesto, les duele la actitud, sobre todo al rubio que sabe perfectamente lo que ocurre con su hijo...
La primera en bajar fue Abby, quien alzó los brazos hacia el rubio y la cargó con cuidado. Siguió Light, jalando su maqueta con ayuda de Namm; los chicos habían dedicado la mayor parte del domingo en el proyecto del menor de los Chiva-aree.
Win pudo ver el brillo en los ojos de Fong, pero tampoco hizo nada por acercarse a su hijo; apretó los labios formando una línea. ¿Estaba enojado? ¡Por supuesto! ¿Quién se creía ese pequeño?
Light sujetó con más firmeza su maqueta e indicó a su hermano que podía solo... Los orbes miel miraron a Sunan... Oh Dios... Desearía no sentirse tan triste por la actitud de su mejor amigo.
¿Realmente seguían siendo amigos?
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el chico de cabellos oscuros salió de la camioneta, abrazando por el cuello al primogénito Chiva-aree. Él sonrió y se despidieron del matrimonio. Entrando sin detenerse, y Namm obligándose a no ver más a Sunan.
Le envío textos, le envío mensajes por las aplicaciones, invitaciones de videojuegos y llamadas... No respondía, ni siquiera lo miraba. Después de su cumpleaños número doce, pocos fueron los momentos que compartieron. De eso ya han pasado seis meses y sigue doliendo como el maldito infierno.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sunan miraba estupefacto al chico que venía con el pelinegro; deseaba preguntar quién es, pero ¿tenía derecho? Por supuesto que no, se ha comportado como un imbécil. Se sentía mal por haberse perdido. Como su mejor amigo cortaba su pastel por besar a Ali, no fue desagradable pero tampoco cómodo.
