Cincuenta y cuatro

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Harry llegó al hospital en la tarde y tras pasarse por la habitación de Louis y ver que este ya se había ido a casa, el alfa algo triste, se dirigió a la habitación de su esposo.

No había hablado con el médico de su esposo desde el primer día del ingreso de este, de hecho no había vuelto a verle, por lo que no sabía nada de como iba la investigación sobre las pastillas.

El alfa tampoco le había preguntado nada a su omega pero lo cierto era que si en verdad William tenía esa enfermedad, podría explicar muchas cosas de su comportamiento que no estaba entendiendo.

...-Hola cachorrito, ¿Qué tal has pasado el día?

-¿Cómo crees que lo he pasado?—le respondió el omega malhumorado—… pues mal, quiero irme a casa y esos malditos médicos y enfermeras me dicen que todavía no puedo irme-habló sentado en la cama mientras arrojaba la almohada al suelo.

El joven empresario lo miró con asombro pues nunca lo había visto de ese modo.

-Oye tranquilo, no puedes perder los nervios así, realmente no es para tanto.

-¿Cómo que no es para tanto?, odio estar en este lugar, es peor que el manicomio, al memos allí no me molestaban diciéndome estupideces a todas horas.

Al escuchar eso, el alfa frunció el ceño.

-Creí que cuando estabas allí no te enterabas de nada, aquel psiquiatra dijo que no habías reaccionado hasta el día anterior que yo fui, ¿Cómo puedes recordar que te decían?

-Emm...¿Qué?...oh no sé...

-Dime, ¿Cómo puedes recordar eso, si estabas desmemoriado y en shock en ese momento?-volvió a preguntar el joven empresario acercándose—...y ya que hablamos de ese lugar, por cierto, ese medicamento que te has estado tomando, exactamente ¿para qué es?, el doctor Sheeran te lo habrá dicho.

El ojiazul titubeó por unos instantes, hasta que finalmente chasqueó la lengua y estirando sus brazos sonrió de oreja a oreja.

-Oh Hazz-Hazz, te extrañé tanto, me has hecho tanta falta...anda olvidémonos  de que estoy en este horrible lugar y cuéntame tu día.

—Pe-Pero...

—Estoy muy feliz de que hayas venido, ¿ves?, ya se ha ido todo mi enfado...anda háblame, cuéntame tu día.

El joven alfa suspiró profundamente y acto seguido lo abrazó pues no le gustaba discutir y prefería a su omega tranquilo y sonriente.

-Bueno, está bien...lo cierto es que ha sido bastante agotador...Luke está bastante raro y hace todo al revés, por lo que tengo que hacer el trabajo de los dos...no sé qué demonios le ocurre.

El omega volvió a chasquear la lengua, aunque en esa vez añadió una mueca de desagrado.

-En verdad, tu padre no debió dejarle a él la dirección, es un inútil...tú eres mil veces mejor.

Harry negó.

-No digas eso, sé que nunca os habéis llevado bien pero no puedes hablar así de mi hermano...él es un buen director, solo que tiene muchos problemas.

El omega dio un salto y entonces se colgó al cuello de su alfa.

-Bueno, está bien, no hablemos de él, centrémonos en nosotros-le susurró al oído-...¿Qué te parece si cuando salga de aquí, nos vamos de viaje como hacíamos antes?, ¿Qué tal París?

El joven empresario negó.

-No puedo cachorrito, quizás más adelante, cuando todo en la empresa vaya mejor.

58. Paraíso de omegas y gammas- Omegaverse - Larry Stylinson- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora