Sesenta y uno

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Harry estaba muy impresionado por lo que había escuchado tras la puerta de la biblioteca, aún así no dijo nada, solo subió las escaleras y se metió en la ducha como tenía previsto.

Bajo los chorros, este rompió a llorar como un desvalido niño pues el saber que el omega al que amaba y por el cual había enfrentado a su padre en su momento asegurándole ser el indicado y por el cual había dejado a Louis de lado, solo era un fraude.

Cuando ya no le quedaron más lágrimas que derramar y el alfa sintió su alma totalmente libre de pena, salió de la ducha, se secó y frente a su reflejo juró descubrir las intenciones de William aunque fuese dolorosa.

El alfa ojiverde decidió no desenmascararle directamente pues prefería esperar a ver que es lo que tramaba, ya que una cosa era haberle escuchado y otra muy distinta que todo fuera ha hacerse realidad.

De repente, la idea que que quizás la enfermedad de este pudiera tener algo que ver en ese extraño comportamiento del omega vino a su mente, aunque pronto la descartó pues una cosa eran los cambios de humor y los chantajes y otra muy distinta, era engañarlo con otro y planear fugarse.

Tras vestirse y salir del baño, este se encontró con su omega, el cual ya había subido y había esparcido toda su ropa y múltiples complementos por la habitación.

-Oh ya llegaste Hazz-Hazz-le dijo este muy sonriente y acercándose a besarlo.

El alfa entonces se apartó y lo miró con molestia.

-¿Por qué te has comprado más ropa?, ¿Acaso no tienes suficiente ya?

El omega negó.

-No nunca es suficiente, además he decidido que regalaré esa-dijo señalando toda la del armario-...esta muy desfasada y apenas la uso.

El ojiverde se sentó en una silla a observarlo, entonces pensó en ponerlo a prueba.

-Emm...cachorrito, Mary ha estado hoy en la empresa.

-Ah ¿Si?, ¿Y que quería?-preguntó este sin mucho afán.

-Oh pues es que Luke ha sacado hasta el ultimo baht que les quedaba y me ha pedido dinero.

William se detuvo en seco y acto seguido lo miró con preocupación.

-¿No se lo habrás dado verdad?

El alfa asintió.

-Si, por supuesto que si.

El omega resopló con molestia.

-¿Cómo has podido?, ¿Hasta cuándo vas a estar sacando la cara por ese inútil?, el decidió casarse con esa perdedora y con su manada de buitres.

El alfa no daba crédito a lo que escuchaba.

-Cachorrito, Mary y esos niños son mi familia también, ¿cómo puedes hablar así?

El omega lo miró y acto seguido caminó hasta él y se sentó en su regazo.

-Oh tienes razón Hazz-Hazz, es sólo que me enfada que siendo tan bueno puedan aprovecharse de ti...tu hermano decidió tener esa familia y debería estar con ellos y alimentarlos, no irse y dejarlos, no te corresponde a ti hacerlo.

El joven empresario lo miró fijamente.

-¿Tú nunca me engañarías verdad?, ¿Te quedarás conmigo por siempre?

Este lo acarició y sonrió de oreja a oreja.

-Por supuesto Hazz-Hazz, tu eres mi alfa y te adoro tanto como tú a mi.

-¿Seguiría siendo así si ya no tuviera dinero?

El omega se tensó, se levantó e intentó disimularlo con una actitud sonriente y despreocupada.

58. Paraíso de omegas y gammas- Omegaverse - Larry Stylinson- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora