Dave
He descubierto algo importante en mí.
Tengo una manía bastante particular, intento que mis manos no lo tomen pero nunca lo logro, siempre lo termino teniendo en mis dedos y me encantaba, por más extraño que suene.
Cómo justo ahora pasaba, mientras Mónica se mantiene dormida plácida, babeando como siempre su mejilla y una de las almohadas de mi cama, tomo con cuidado entre mis dedos su característico mechón blanco, lo enredo en torno a mi dedo para luego dejarlo detrás de su oreja con cuidado de no despertarla.
Solo que ella está en tal posición dormida que siempre que lo pongo para que no le moleste en la cara, vuelve hacia adelante y me tienta, por más que no quiera tomarlo, es como si me llamara.
Estás delirando, amigo.
Puede ser que sí, puede ser que no.
Justo cuando estaba a punto de volver a dejarlo tras su oreja, Mónica suelta un «mmmm» somnolienta y se da la vuelta, dejándome a la vista su espalda, una de piel tan suave que mis manos recorrieron anoche.
Y pensando en lo de anoche... Joder, me encantó estar con ella, ¿Mónica principiante? ¡Me importa un carajo! La idea me gusta porque, ¿A quien demonios no le agrada poder encontrar y enseñarle a su novia puntos en sí misma y mostrarle los tuyos? El qué Mónica sea una principiante me daba demasiados puntos a mi favor, y en el caso, al suyo también.
Claro que eso de que yo haya sido su primera vez es un poco... ¿extraño? No encuentro una palabra exacta para describir el sentimiento poco agradable que me embarga. Supongo que sí sería «extraño», a Mónica la conozco desde que usa pañales y muchos años después, convertirse en el novio y la primera vez de la chica con la que solías jugar a dragones y princesas... Sí, es raro.
Sin embargo, el sentimiento de «me encantó cada parte de ella, cada sonido y todo el maldito acto» lo opaca; por lo que al cabo de unos minutos, ya no me jodía tanto ese pensamiento de «te tiraste a la niña con la que jugabas, perro»
Mónica ya no era una niña. Yo ya no era un niño. Somos adultos parcialmente maduros de diecinueve y veintiun años que mantienen una relación y por ende, una relación íntima.
Y espero que esto salga bien porque, dios, ¿Por qué estuve tanto tiempo pasando de ella? Si desde un inicio habría sabido que estar con ella, y no solo en la parte íntima, si no también en la relación, era tan jodidamente increíble habría hecho las cosas de una forma bastante diferente.
Echo un suspiro al aire y observo una vez más a Mónica, una sonrisa de tonto se formó en mis labios.
Maldición, sí que me encanta esa mujer.
Cómo ya no podía seguir durmiendo decidí que es mejor iniciar el día, así que con cuidado de no despertarla, (igual con la prueba de picarle las mejillas por treinta segundos que hice aquella vez descubrí que es bastante difícil despertarla) salí de la cama y puse los pies en el piso frío de madera. Anduve con cuidado por mi habitación, tomando una muda de ropa y una toalla para envolverla alrededor de mi cintura. Con todo en mano, salgo del lugar soltando un bostezo y meneando la cabeza para espabilar un poco más.
Traté de ser lo más rápido posible en el baño porque quería darle una sorpresa a Mónica en cuanto se despertara, pero me quedé congelado frente al espejo sobre el lavabo al notar que tengo unas marcas rojizas en los hombros que se extendían poco no más del cuello y también unas pocas en la espalda.
No sé cuánto tiempo estuve viendo fijamente las marcas que tenía en el espejo, de mi boca solo salían balbuceos de incredulidad. ¿Cómo fue posible que hasta ahora no haya sentido ese ligero dolor?

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Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1) ✅
Teen Fiction• COMPLETA • Algún sabio dijo una vez: "Del odio al amor, hay un solo paso." ¿Cuántos hay entre la verdad y la mentira? ¿La misma cantidad? ¿Muchos pasos más? Una cantidad incierta, a decir verdad. La pregunta constante que se suele hacer. Las d...