11 • ¡Excusas! Fuiste estúpido, admítelo.

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Dave

¿Desde cuándo yo tengo tanta ropa?

—¿Pero cómo es que...? —murmuro abriendo el segundo cajón de la cómoda dónde había estado guardando mi ropa el tiempo en que llevo viviendo con mis padres, encontrandolo casi lleno—. ¿Cómo demonios es esto posible?

Brujería.

No...

Decido pasar del hecho de la cantidad de ropa que tenía ahí, (y ni recordaba de dónde había salido porque yo nunca compro ropa) para seguir guardandola en la maleta. Suerte que es grande, entra esa misteriosa ropa que apareció en mi cómoda.

El silencio de mi habitación es interrumpido por el sonido de una videollamada llegando a mi computadora abierta en el viejo escritorio.

Me acerco a ver quién me videollamaba para ver la imagen de mi mejor amiga en la pantalla.

—¡Agente D! —exclama la sonriente Sal del otro lado, con su gracioso acento alemán.

—Hey, Saly —saludé tomando el aparato y acomodándolo en la cama para seguir con mi tarea.

—¿A dónde me moviste? —preguntó.

—A la cama —respondí, doblando una sudadera antes de guardarla.

—Oye, hay límites en esta amistad.

Me eché a reír.

—¿Qué pasa, Sal?

—Oye, ¿No puedo llamarte para saber cómo te encuentras? —pregunta con fingida molestia.

—Yo no he dicho lo contrario —doblo otra de mis prendas y la guardo en la maleta.

—En fin, ¿Cómo estás?

—Bueno, hazte una idea —me eché a un lado para mostrarle la maleta llena de ropa.

Aún me pregunto de dónde salió tanta ropa.

Tengo una idea: tu madre.

Ooohh... es una idea considerable, cuando llegue en unas horas le preguntaré.

Sal veía la maleta con una ceja arqueada.

—¿Te estás... yendo de viaje? —sugiere, dudosa—. ¿A tan solo cuatro días de empezar el nuevo semestre?

—No me voy de viaje, Saly —seguí con mi tarea de doblar ropa—. Vuelvo a mi apartamento.

—Querrás decir la piscina con muebles.

La miré mal.

—¿Qué? Oye, Asia me lo dijo y es una gran descripción para la estupidez que hiciste —ella se echa a reír a carcajadas, supongo que recordando el momento en que le conté lo que había pasado—. Dave Wyle, el chico más popular de la Hastings University Of Boston rompe la tubería de su apartamento por estar jugando fútbol en sus adentros, ¡Amigo, esto es oro!

Yo solo ruedo los ojos al escuchar sus fuertes risas.

—Estaba aprendiendo a hacer un nuevo movimiento, ¿Vale? Me emocioné y he pateado la pelota —dije, guardando de mala gana un pantalón—. Fue un accidente, olvidé que estaba adentro.

—¡Excusas! Fuiste estúpido, admitelo.

Vuelvo a rodar los ojos, fastidiado. Sal se pone bien insoportable cuando se lo propone.

Y le resulta bastante hilarante el que yo me enojara.

Que amigaza.

—Olvidemos el tema, ¿Bien?

Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora