Extra III • ¡La gran revelación!

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Mónica

La decoración que ambienta la sala es hermosa, los globos rosados y azules con la cortina blanca decorada con luces amarillas, la mesa llena de aperitivos de los mismos colores, a un lado el gran globo negro con letras blancas espera su momento de ser pinchado.

Es increíble lo que puede hacer Vanessa Ross con unos cuantos globos, luces y una cortina, le a quedado increíble su decoración.

La mesa con los aperitivos y el pastel fue una idea mía que a ella le gustó y convino en que quedaría bien, solo que no pudo quedarse a ayudarme a acomodar las cosas porque su autobús a Ciudad Nevada iba de salida y no podía perderlo.

Igual no había hecho un mal trabajo, el lado izquierdo es donde puse los cupcakes y galletas azules, del lado derecho las rosadas. En medio estaban dos biberones grandes dónde nuestros invitados pondrían su elección con los papeles de los dos colores que están a un lado.

Sí, me gusta como quedó la mesa. Me doy una palmadita al hombro, procurando que nadie me vea.

—Bien hecho, Mónica.

—¿Con quién hablas?

—¡Ah! —doy un respingo de susto en mi sitio cuando escucho a Dave detrás de mí.

Él me mira confundido pero con una mínima sonrisa de diversión en sus labios.

—¿Con quien hablabas?

—Con nadie —respondo.

—¿Segura? Porque te escuché decir «bien hecho, Mónica» —me mira con los ojos entrecerrados un segundo—. ¿Estabas hablando sola?

—¿Qué? Puff, no, que locura.

—Mónica...

Suspiro, rendida.

—Puede que sí... —mi tono agudo delata que era obvio.

Dave menea la cabeza sonriendo antes de darme un casto beso en los labios.

—Siempre tan rara, bonita.

—Aún así me amas —le sonrío de labios cerrados.

—Como no tienes idea.

Retengo el suspiro de enamorada más no evito esbozar la sonrisa.

En serio que me encantan esto momentos así, son tan... simples, tan sencillos donde solo nos decíamos cuántos nos amamos y me fascinan.

—¿Estás listo para la revelación?

Dave ríe dejando entre ambos colores de la mesa el pastel que tuvimos que encargar por mi falta de movilidad actual.

Cuando se gira hacia mí, se agacha hasta la altura de mi vientre crecido.

—Hola, bebé dentro de mamá —me es imposible no sonreír—. Solo dentro de poco la gente que ya te ama sabrá si eres niño o niña.

—Dave, no creo que te esté escuchan...

Entonces, de forma repentina, siento un ligero golpecito en mi vientre. Dave me da una sonrisa de suficiencia.

—¿A qué no estaba escuchando, eh?

Ruedo los ojos y cruzo los brazos sobre mi pecho.

—Que bebé tan traidor.

Dave se ríe y vuelve a su altura, obligándome a levantar la cabeza para verlo a los ojos. Aún seguimos teniendo nuestra gran diferencia de altura.

—Los invitados llegarán pronto —informa, aún sin perder esa patética sonrisa.

Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora