—Su cara, ¡Oh, su cara! —Miguel ríe—. Nos va a castigar, ya lo verás.
—Por favor, ya tenemos diecinueve y veinte años, no nos puede castigar como si tuviéramos ocho.
—Vivimos bajo su techo, Nica —me recuerda él sin dejar de reír—. Tiene derecho.
—Igual no debe hacerlo, si bien estaba ansioso por llevarla.
Nos detenemos en medio del pasillo, cada uno frente a la puerta de sus habitaciones.
—En efecto, hermana, en efecto.
—Ya luego nos agradecerá.
—Mejor eso antes que un regaño, ¿Sabes lo raro que es que teniendo veinte años te regañen por una travesura? —hace una mueca y menea la cabeza—. Nada cool.
—Ya lo verás, nos agradecerá —aseguro entrando a mi habitación.
Escucho su «¡Eso espero!» seguido del sonido de la puerta de su cuarto ser cerrada. Miguel desde que terminó la cena con Sara y prácticamente habíamos obligado a nuestro papá a acompañarla a su casa no había parado de reír. La cara de papá había sido épica en ese momento, ¡Incluso Sara se echó a reír! Es genial saber que ella sabe que las bromas son parte de esta pequeña familia.
El silencio de mi habitación empezó a ser opacado por el ringtone de llamada de Dave, que era su canción favorita de Imagine Dragons: Believer, en serio que le gustaba esa canción.
Teniendo una idea de qué iba su llamada, me acerco a la cama, dónde hace un rato había dejado mi celular y contesto.
—¿Qué tal te fue? —es lo primero que le pregunto.
—Hola, Mónica, ¿Qué tal estás?
Ruedo los ojos.
—Sí, sí, palabrería que no me importa, bla, bla, bla —lo oigo reír—. ¿Cómo te fue, Dave?
Suspira y me hago la idea de qué hace su clásico gesto de pasar su mano por su desordenado cabello.
—Me fue increíble —responde—. Esperaba que todo saliera mal pero no, me fue mejor de lo que esperé.
—Te lo dije.
—Estabas esperando decir eso con mucho anhelo, ¿Verdad?
—Exacto —tenía una sonrisa arrogante porque sí, estaba esperando regocijarme de ello—. ¿Qué tal los niños? ¿Cómo te llevas con la bandada de mocosos?
—Eres cruel, pero para responder a tu pregunta, me llevo bien con ellos. Algunos sí son algo difíciles de tratar pero los entiendo.
—Eso es genial, Dave.
—Sí... pero, ¿Sabes? Jode un poco. La mayoría de los niños internados no llegan ni a los nueve años y están en toda esta mierda a tan poca edad. Me hace sentir un poco mal.
—Pero para eso estás ahí: para ayudarlos a sanar.
—Ojalá puedas conocerlos un día, te caerán bien. En mi descanso me la pasé con ellos y en serio que me sorprende las cosas que se pueden inventar para entretenerse.
—Algún día será, por ahora es muy pronto para que conozcan a tu supuesta novia.
Lo oigo reír antes de suspirar.
—Vale, creo que sí. ¿Nos veremos mañana?
—Claro, nos vemos mañana.
—Adiós, bonita.
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Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1) ✅
Ficção Adolescente• COMPLETA • Algún sabio dijo una vez: "Del odio al amor, hay un solo paso." ¿Cuántos hay entre la verdad y la mentira? ¿La misma cantidad? ¿Muchos pasos más? Una cantidad incierta, a decir verdad. La pregunta constante que se suele hacer. Las d...