19 • Recordemos no meternos con la alemana nunca en nuestras vidas

275 36 0
                                    

Soltamos nuestras manos.

—Muy bien, ¿Me explicas un poco más de tu plan para hacer creer a tu ex rarita que ya tienes novia? ¿O solo tienes esa idea de utilizarme?

—No es tan complejo, Mónica, tú y yo fingimos ser una pareja, ella me deja en paz y listo —dice y yo quiero golpearlo—. Súper sencillo.

—No, Wyle, no es «súper sencillo» —imito su voz—. ¿Qué si Emily quiere... no sé... ¡Vengarse de mí!?

Frunce el entrecejo.

—¿Por qué querría vengarse de ti?

Estrellé la palma de mi mano contra mi cara.

—Te tengo una sugerencia: "por salir contigo" —Dave me sigue viendo confundido—. Por si no lo habías notado, estoy segura que tú ex tiene actitudes, hum... no sé... ¡De desquiciada rarita deschavetada! Ella por alguna extraña razón cree que ustedes están juntos y no entiendo por qué, pero tampoco me importa, ¿Qué si quiere tomar represalias contra mí por "salir" contigo?

Cuando creí que entraría en razón de que su plan no era «súper sencillo» Dave solo se echó a reír en mi cara.

Lo miro ofendida.

—¡No te rías! ¡Yo corro riesgos aquí!

Se ríe con más fuerza.

—¡Dave! —le di un golpe en el hombro.

Ni se inmuta a él, pero deja a reírse.

—Vale, vale, creo que haz estado viendo muchas películas, Mónica.

—¡Es una idea considerable!

—Ello no haría eso, está loca, pero no para llegar hasta ese punto.

—Si aparezco cortada en pedacitos no digas que no te lo advertí.

Dave suelta una risita.

—Bien, estaremos atentos a cualquier actitud psicopática que tenga.

—¿Desde cuándo usas palabras como «psicopáticas»? —me reí.

Él se encoge de hombros.

—Tengo mis momentos.

—Lo has dicho, «momentos»

Dave me ignora para revisar su teléfono, aproveché también para revisar el mío en busca del famoso cotilleo en el que estábamos metidos.

Entré a la página de la universidad y fui al muro donde colgaban los chismes, la verdad nunca creí que yo estaría metida en uno.

Pero en este momento lo estaba.

Bajo con mi dedo, viendo sorprendida en la pantalla las fotos que estaban colgadas en el muro de cotilleos «más jugosos en la semana». Eran varias fotos, ambos salíamos en todas, cuando desayunamos en el Thinking Cup, cuando íbamos de camino a mi casa en el momento dónde él me tomaba el pelo, cuando nos despedimos en mi casa, en el momento justo donde dejé un beso de despedida en su mejilla.

Estas cosas me pasaban por tratar de ser educada.

Otras más eran del cine, también cuando estábamos en la heladería, ¿Cómo no vimos a nadie sospechoso ese día? Unas últimas era de ayer en la feria, cuando me estaba haciendo de caballito, cuando lo tenía tomado del brazo luego de salir de la casa embrujada y cuando nos subimos a la rueda de la fortuna.

Por suerte ninguna era del beso.

Pensar en ese beso me hacía sonrojar como idiota, ¡Nos besamos! ¿Quién lo diría, eh? Yo, Mónica Ann Reynolds besé al chico más popular de mi universidad por un estúpido frenazo de la atracción a la que nos habíamos subido.

Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora