43 • En general son muy raros

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Luego de haber terminado sus deberes y haber tenido una charla con su hermano mayor, Henry y Asia tuvieron que irse.

Según Henry, se reuniría con sus amigos en unas horas y Asia debía de ir a su casa a buscar la mochila de ropa para esta noche ya que vendría a dormir aquí con Dave.

—Al menos los llevo, ¿Va? —insiste por enésima vez Dave.

—Que estaremos bien, Dave —asegura Henry—. Tomaremos el metro y en cuanto lleguemos a casa te avisamos.

—Sí, Agente D, no somos niños pequeños —Asia se acerca a su hermano y le da un abrazo fuerte. Él aún parecía bastante inseguro—. Estate quieto, hemos tomado el metro antes.

—Asietta tiene razón —Henry abre la puerta de salida—. Te avisamos en cuanto estemos en casa.

—Adiós, Monik —como suele pasar, Asia me sorprende con uno de sus abrazos.

Aún no me acostumbro a que esa es su manera de saludar y despedirse.

—Tengan cuidado.

—Lo tendremos, ¡Adiós, vuelvo en unas horas, Dave! —es lo último que dice Asia antes de irse com Henry.

Dave se echa sobre el sofá y ve inseguro la puerta por la que recién salieron sus hermanos. Sabía lo que estaba pasando por esa mente suya: no estaba del todo convencido de dejar que sus hermanos menores se vayan en metro.

—Estarán bien, Dave —aseguro, sentándome a su lado—. Te lo han dicho, no son niños. Henry tiene dieciséis años y perfectamente puede tomar el metro y cuidar de Asia. Estarán bien.

Pasa su mano por su desordenado cabello negro.

—Lo sé, solo que... venga, son mis hermanos, siempre me voy a preocupar por ellos.

—Y eso es muy lindo de tu parte.

Dave suspira recostándose del soporte del sofá y me mira.

—A sido una tarde bastante agradable.

Me acomodo en mi asiento para verlo mejor, de modo que termino subiendo ambas piernas al sofá. 

—Sí, fue divertido. Contigo y con tus hermanos es difícil dejar de reírse.

Siento la mano de Dave en el tobillo y como estira mi pierna hasta dejarla sobre su regazo.

—¿Qué pretendes, Wyle? —le pregunto, arqueando una ceja.

Empieza a dar ligeras caricias a mi tobillo y encoge los hombros.

—Quizá... buscar un poco de comodidad para ambos.

De un tirón que me tomó por sorpresa y casi me hace caer, terminé en una posición bastante extraña. Una de mis piernas pasaba sobre el regazo de Dave y la otra aún se mantenía debajo de mí y empezaba a acalambrarse también.

—Vale, no era lo que tenía en mente —comenta Dave y, acto seguido, me alza por la cintura hasta estar yo encima de su regazo con las piernas a cada lado.

Que idiota, claro que esas eran sus intenciones.

El agarre en mi cintura se refuerza y su mirada no se aparta de la mía y yo soy demasiado incapaz de desviar los ojos. Era una posición exageradamente íntima y él parecía estar demasiado relajado con ese hecho.

Estaba segura de que Dave podía escuchar lo apresuradas que eran las pulsaciones de mi corazón, que notaba el furioso sonrojo que debía de tener y el cómo mi respiración poco a poco se iba volviendo un caos.

Insisto en que estamos en una posición demasiado íntima. Además de que es una gran invasión a mi espacio personal.

Admite que te gusta, te gusta, te gusta muuchoo.

Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora