10 • ¡Soy humana, no me juzguen!

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¿Qué diantre estaba viendo?

No lo sé, amiga.

Observo con los ojos tan abiertos por la sorpresa como Miguel y Amapola, ¡Ese par de desgraciados! Se besan como si mañana se fuera a acabar el mundo.

Vuelve a ver, capaz y solo sea un espejismo.

Pero no lo era porque escuchaba las succiones y roces que se daban esos dos.

Y lo peor de todo es que no se daban cuenta que tenían un público frente a ellos.

—¡¿Qué está pasando aquí?! —grito, llamando su atención.

Ambos se separan dando respingos del susto, mi hermano casi termina en el suelo.

—¡Mónica! —exclama, asustado, caminando hacia mí—. Hermana, no... no es lo que parece.

Mi sorpresa fue pasada a la molestia, ¿Que no es lo que parece? ¿Y este igualado creía que yo era idiota o qué?

—¡¿Que no es lo que parece?! —repetí, aún alzando la voz—. Pues dime, Miguel, ¿A qué demonios parece? —me cruzo de brazos.

Él se pasa una mano por el pelo, que estaba todo desordenado.

Ya me hago una idea del por qué.

—Bueno, estábamos hablando, una cosa llevó a la otra y luego...

—¡Terminaste besando a mi mejor amiga a las oscuras de nuestra sala de estar! —completo por él—. ¿Te das cuenta de por qué lo hizo? —le pregunto a Amapola, que baja la mirada, avergonzada—. Porque créeme, no es por la razón que tú crees.

¿Estaba siendo ruda? Sí, pero Amapola no merecía recibir un amor a medias, tampoco las sobras de él o no recibir la verdad.

—Espera, ¿Crees que hice esto para olvidar a Nicoll? —me pregunta mi hermano, frunciendo el entrecejo, mirándome perplejo y algo molesto.

—No, Miguel, creo que hiciste esto para saber qué clase de pasta dental usa Amapola, ¡Claro que creo que hiciste esto por eso, idiota! —exclamé, haciendo que él diera un pequeño salto en su lugar—. Terminaste con Nicoll apenas ayer, Miguel, ¿O crees que me resulta muy normal de ti que estés metiéndole la lengua a mi mejor amiga con eso en cuenta?

—Fue sin lengua, de hecho —murmura Amapola desde su lugar.

—No es el momento.

Ella se calla.

—Vale, Nica, sé que estás molesta...

—Oh, esa no es la palabra que yo usaría para describir como me siento.

—Muy bien, muy bien, estás que tú alma se enciende en llamas, pero si solo me dejas explicarte...

—¡¿Qué me vas a explicar, Miguel Reynolds?! ¡Si los he visto!

—¡Eso solo a sido...! —se detiene para tomar una respiración profunda—. No voy a discutir contigo.

—Pero yo sí.

—Yo creo que mejor me voy —anuncia Amapola, recogiendo rápidamente sus cosas, cuando pasó por mi lado para ir hacia la salida murmuró un «lo siento, Moni» y escuchamos la puerta cerrarse.

En cuanto escucho la puerta anunciar la ida de mi mejor amiga, camino hacia la sala de estar.

—Nica, ¿Qué pretendes hacer con...?

Se calló al instante que un cojín le dio en la cara.

Mi hermano cae de bruces al suelo por el cojinazo que le propiné en el rostro.

Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora