34 • Quizá esté un poco loco y aún así, seguiré confiando en ti

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Dave

—Eres un buen estudiante, con un buen promedio y uno de los más destacados de tu clase, espero que no hayamos tomado una mala decisión —me dice el señor Henderson, supervisor de los pasantes.

—Le prometo que no se va a arrepentir, en serio. Gracias por esta oportunidad.

Sonríe de lado levantándose de su asiento y alisándose la chaqueta de su traje, extiende su mano hacia mí que no dudo en estrechar.

—Bienvenido, señor Wyle.

Doy una corta risa soltando nuestras manos.

—Dígame Dave, por favor, el «señor Wyle» es mi padre.

—Muy bien, Dave, te esperamos el lunes.

—Aquí estaré —luego de una rápida despedida, salgo de su despacho hacia el estacionamiento donde me sorprendo ver qué ya a oscurecido.

Saco mi teléfono del bolsillo de mi chaqueta y veo la hora en la pantalla; 07:14 pm. Cielos, ¡Estuve toda la tarde en el hospital!

Veo otra vez hacia el cielo oscurecido, suelto una risa entre un suspiro y paso una mano por mi cabello.

—Lo has hecho, Dave —me digo a mí mismo, orgulloso.

Desde que llegué en la tarde todo fue preguntas sobre diversos temas de lo que haría en mi pasantía, una pequeña prueba de como actuaría en una situación de riesgo hacia un infante y también me llevaron a convivir con los niños durante un par de horas. Algunos fueron un tanto odiosos pero lo atribuí a lo mal que lo estaban pasando ahora; otros en cambio fueron muy amables y simpáticos conmigo, incluso me dijeron que esperarían volver a verme.

Ese fue un cumplido que de verdad me agradó escuchar.

Luego de las pruebas conseguí mi horario, mi turno empezaría a las tres, después de mis clases y terminaría al anochecer y tendría que venir de lunes a viernes. Mis días libres constarían de los fines de semana, pero ya qué tengo el trabajo en el café bar, dudo que me quede tiempo para muchas cosas.

Universidad, trabajo el fin de semana, la nueva pasantía... Mi vida ahora estará muy ocupada.

Vida de adulto, amigo mío.

Ya lo veo ya.

Antes de ir a mi auto, veo si tengo algún mensaje de Mónica, pero no había nada. Ni mensajes ni llamadas.

Fruncí el entrecejo, eso es raro.

Decido llamarla pero su celular suena apagado. Le mando un mensaje, no le llega.

Vale, me estaba preocupando ahora.

—Tranquilo, quizá... solo apagó su teléfono por... por... Ah, razones de Mónica.

Tras decirme eso, voy finalmente hacia mi auto y emprendo camino hacia mi casa, pensando en absurdas situaciones de que algo malo le pudo pasar a Mónica cuando sencillamente pudo haber apagado su celular para concentrarse.

Ya en mi edificio, aparco en el estacionamiento del lugar y subo hasta mi piso. Vivir es en este lugar es algo de lo que no me quejo, mis vecinos son gente amable, no son molestos o ruidosos y es algo accesible al muy inestable sueldo que gano. Independizarme no fue fácil, aún no lo es porque en parte tengo ayuda de mis padres, (solo a Dave Wyle se le ocurre subsistir el último año con un trabajo como mesero) pero aún así es un logro para mí: poder vivir solo, defenderme solo en muchos ámbitos de la vida entre otras cosas, y sí, podré recibir aún ayuda económica de mis padres, pero desde un inicio a quedado claro que es algo temporal, solo hasta el momento dónde pueda tener la residencia que tanto necesitaba.

Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1)  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora