| 𝟣𝟢 | [RɪᴅᴅʟᴇBɪʀᴅ Fʟᴜғғ (& Aɴɢsᴛ)#8]

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Cuando nadie los mira

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Cuando nadie los mira

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Los secuaces de Oswald no deben de tener ni idea de lo que ocurre cuando se lleva a su oficina a su amigo, el Acertijo, presumiblemente para hablar sobre algo a solas.

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ADVERTENCIA: Este drabble tiene contenido sexual (+18), aún si no deja de ser una excusa para escribir sobre su relación.

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La respiración de Oswald se vuelve más difícil de controlar cuando Edward de repente introduce su pene en su cavidad bucal todo lo que puede y hace que Oswald se retuerza de placer con su movimiento

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La respiración de Oswald se vuelve más difícil de controlar cuando Edward de repente introduce su pene en su cavidad bucal todo lo que puede y hace que Oswald se retuerza de placer con su movimiento.

Nygma sabe que arriba suyo tiene a el pingüino totalmente esclavo del calor de su boca y aquello le encanta, mientras que por la otra parte Oswald sabe que tiene debajo suyo a el Acertijo llevándolo a la cumbre de la satisfacción sexual, y eso, también le encanta.

Los segundos próximos a ello, Oswald disfruta de cómo Edward se regocija en su ingenio que determina su habilidad para chupar, lamer y recorrer con su boca y su lengua toda su longitud de manera que no pase demasiado tiempo hasta que el genio va progresivamente añadiendo rapidez y dureza de forma que cuando Oswald acaba corriéndose en su boca no tiene ni que avisar a Nygma, ya que sabía perfectamente lo que estaba haciendo.

Después de dejar a Oswald respirando de forma más pesada una vez acabó, da los toques finales con unas caricias suaves tanto con su mano como con su boca y cuando se aleja de Oswald un medio metro, se limpia los rastros que han dejado sus acciones que habían acabado en sus labios de forma que se los lleva a la boca como si lo saboreara.

Acto seguido, se vuelve a acercar a Oswald, colocándose a su misma altura; no sin antes cerrar él mismo la cremallera del pantalón de su novio.

-¿Crees que tus hombres se habrán impacientando? -le pregunta Edward, sonriéndole pensando en lo larga que se ha hecho su pequeña sesión, que había empezado una vez entraron a la oficina de Oswald después de que éste les dijera a sus secuaces que iba a hablar un rato con Nygma y que dentro de nada volvería.

-Me da igual -respondió bruscamente Oswald, justo como Edward deseaba y esperaba-. Al fin y al cabo, yo soy quien les paga para que cumplan sus horarios, pase lo que pase.

-Bien dicho -le contesta Nygma, mordiéndose el labio inferior con suavidad mientras se acerca más lentamente a Oswald con la intención de darle un beso-, ¿Crees que se hacen una idea de lo que ha ocurrido en la oficina de su jefe cuando ha dicho que iba a hablar con su brillante e inteligente amigo?

Edward no le deja responder al instante y junta su boca con la de Cobblepot, plantando un pequeño beso. Cuando se aleja de él, mira a Oswald con una sonrisa.

-Está claro que disfrutas esto, ¿Verdad, Edward? -le responde, ignorando la pregunta mientras el Acertijo pasa sus brazos por alrededor de sus hombros, envolviendo los dos cuerpos en su dicho calor.

Estaba claro que Edward era alguien a quien le encantaría que los demás supieran lo mucho que su novio le valoraba y quería para permitirle chuparle en medio del trabajo, pero a Oswald siempre le gustaba más guardar las formas. Si alguien suponía lo que Edward insinuaba y se atrevía a contarlo por ahí, seguramente acabaría firmando su sentencia de muerte por el pingüino.

-Oh, por supuesto que lo disfruto -afirmó orgulloso, refiriéndose de forma general a la sesión sexual-, y sé que tú también. ¿Acaso me equivoco?

Oswald simplemente exhaló un extraño suspiro de confirmación.
Sin embargo, fue suficiente para hacerle sentir complacido a Edward, por lo que volvió a acercar sus labios a los de Oswald para darle otro beso, esta vez más apasionado, juntando sus lenguas con satisfacción.

-Me encanta estar contigo de esta manera, Ozzie -continuó cuando se separaron, entonando un giro en la conversación incluso más íntimo que antes-. Desearía tener más momentos así contigo, no necesariamente sexuales. No me malinterpretes, me encantan tener sexo contigo de todas las maneras y formas posibles, pero... No puedo decirte lo mucho que te amo enfrente de tus hombres, las personas que vienen a tu local y los demás villanos. Y eso a veces me mata un poco.

Edward bajó la mirada por la repentina sinceridad de su confesión y Cobblepot llevó unas de sus manos a su mentón con dulzura, acariciándolo, haciendo que levantara la mirada y que se miraran a las pupilas del otro.

Oswald no dijo nada; pues su novio sabía que se sentía de la misma manera.

Oswald no dijo nada; pues su novio sabía que se sentía de la misma manera

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Historias de los Suburbios de GothamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora