Cuando nadie los mira
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Los secuaces de Oswald no deben de tener ni idea de lo que ocurre cuando se lleva a su oficina a su amigo, el Acertijo, presumiblemente para hablar sobre algo a solas.
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ADVERTENCIA: Este drabble tiene contenido sexual (+18), aún si no deja de ser una excusa para escribir sobre su relación.
La respiración de Oswald se vuelve más difícil de controlar cuando Edward de repente introduce su pene en su cavidad bucal todo lo que puede y hace que Oswald se retuerza de placer con su movimiento.
Nygma sabe que arriba suyo tiene a el pingüino totalmente esclavo del calor de su boca y aquello le encanta, mientras que por la otra parte Oswald sabe que tiene debajo suyo a el Acertijo llevándolo a la cumbre de la satisfacción sexual, y eso, también le encanta.
Los segundos próximos a ello, Oswald disfruta de cómo Edward se regocija en su ingenio que determina su habilidad para chupar, lamer y recorrer con su boca y su lengua toda su longitud de manera que no pase demasiado tiempo hasta que el genio va progresivamente añadiendo rapidez y dureza de forma que cuando Oswald acaba corriéndose en su boca no tiene ni que avisar a Nygma, ya que sabía perfectamente lo que estaba haciendo.
Después de dejar a Oswald respirando de forma más pesada una vez acabó, da los toques finales con unas caricias suaves tanto con su mano como con su boca y cuando se aleja de Oswald un medio metro, se limpia los rastros que han dejado sus acciones que habían acabado en sus labios de forma que se los lleva a la boca como si lo saboreara.
Acto seguido, se vuelve a acercar a Oswald, colocándose a su misma altura; no sin antes cerrar él mismo la cremallera del pantalón de su novio.
-¿Crees que tus hombres se habrán impacientando? -le pregunta Edward, sonriéndole pensando en lo larga que se ha hecho su pequeña sesión, que había empezado una vez entraron a la oficina de Oswald después de que éste les dijera a sus secuaces que iba a hablar un rato con Nygma y que dentro de nada volvería.
-Me da igual -respondió bruscamente Oswald, justo como Edward deseaba y esperaba-. Al fin y al cabo, yo soy quien les paga para que cumplan sus horarios, pase lo que pase.
-Bien dicho -le contesta Nygma, mordiéndose el labio inferior con suavidad mientras se acerca más lentamente a Oswald con la intención de darle un beso-, ¿Crees que se hacen una idea de lo que ha ocurrido en la oficina de su jefe cuando ha dicho que iba a hablar con su brillante e inteligente amigo?
Edward no le deja responder al instante y junta su boca con la de Cobblepot, plantando un pequeño beso. Cuando se aleja de él, mira a Oswald con una sonrisa.
-Está claro que disfrutas esto, ¿Verdad, Edward? -le responde, ignorando la pregunta mientras el Acertijo pasa sus brazos por alrededor de sus hombros, envolviendo los dos cuerpos en su dicho calor.
Estaba claro que Edward era alguien a quien le encantaría que los demás supieran lo mucho que su novio le valoraba y quería para permitirle chuparle en medio del trabajo, pero a Oswald siempre le gustaba más guardar las formas. Si alguien suponía lo que Edward insinuaba y se atrevía a contarlo por ahí, seguramente acabaría firmando su sentencia de muerte por el pingüino.
-Oh, por supuesto que lo disfruto -afirmó orgulloso, refiriéndose de forma general a la sesión sexual-, y sé que tú también. ¿Acaso me equivoco?
Oswald simplemente exhaló un extraño suspiro de confirmación.
Sin embargo, fue suficiente para hacerle sentir complacido a Edward, por lo que volvió a acercar sus labios a los de Oswald para darle otro beso, esta vez más apasionado, juntando sus lenguas con satisfacción.-Me encanta estar contigo de esta manera, Ozzie -continuó cuando se separaron, entonando un giro en la conversación incluso más íntimo que antes-. Desearía tener más momentos así contigo, no necesariamente sexuales. No me malinterpretes, me encantan tener sexo contigo de todas las maneras y formas posibles, pero... No puedo decirte lo mucho que te amo enfrente de tus hombres, las personas que vienen a tu local y los demás villanos. Y eso a veces me mata un poco.
Edward bajó la mirada por la repentina sinceridad de su confesión y Cobblepot llevó unas de sus manos a su mentón con dulzura, acariciándolo, haciendo que levantara la mirada y que se miraran a las pupilas del otro.
Oswald no dijo nada; pues su novio sabía que se sentía de la misma manera.
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Historias de los Suburbios de Gotham
FanfictionRecopilación de drabbles y one-shots de la galería de villanos de Batman