Carta
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Edward le pasa una carta a Oswald delante de sus hombres con un contenido ciertamente interesante.
Oswald tararea una sinfonía con sus labios en un tono de voz bajo y casi despreocupado.
Se encuentra dando un paseo en camino a un encuentro de una banda criminal al que debe asistir el pingüino, por distintos altercados que sucedieron en el club iceberg hace unos días con varios de los subordinados del jefe de la banda.
Detrás y delante suyo se encuentran unos corpulentos guardaespaldas que realizan la importancia función de protegerle, y al lado suya se encuentra Edward Nygma, el Acertijo, quién ha decidido acompañarle.
No había ninguna razón en especial, sólo había dado la casualidad de que Edward se encontraba justo en ese mismo momento en el club iceberg cuando le llegó a Oswald la noticia de que debía acudir para encontrarse con la banda y resolver sus diferencias.La verdad es que Cobblepot estaba bastante tranquilo; en lo que se refería a controlar a la "competencia", él tenía una experiencia que hacía que siempre saliera ganador de aquellas situaciones. Intentaría llegar a un acuerdo con ellos, si lo ve un poco complicado, soltará alguna amenaza, y si son hostiles, los apaciguará después y les dará tiempo para pensar. Si siguen en el mismo plan, no tendrá más remedio que matarlos a todos. Total, no es como si le resultaran útiles.
-Vas muy tranquilo, Ozzie -le comenta Edward.
Cobblepot le mira con suficiencia.
-¿Por qué no iba a estarlo?
Oswald mira por el rabillo del ojo a su compañero y juraría que notó un pequeño rasgo de felicidad y diversión en el acertijo, dando la sensación de que únicamente había empezado aquella frase para recibir esa misma frase exacta del pingüino.
-Tengo algo para ti.
Cobblepot mira, ahora en todo su esplendor a pesar de la diferencia de altura que hace que Oswald tenga que inclinar demasiado su cabeza para observar al acertijo, cómo Nygma le pasa una carta. Debido al movimiento imprevisto, éste al principio la mira extrañado, pero, como Edward parece contarle con la mirada, lo abre.
Oswald la lee, y el contenido de la carta hace que sus mejillas rápidamente se tiñan de un fuerte rosa.
Se trata de un texto, redactado de manera espléndida, que no contaba únicamente con variados halagos cariñosos de Nygma hacia él, si no también con una variada lista de las cosas que el pelirrojo quería hacerle, en un ambiente más íntimo del que se encontraban ahora mismo, claro.
Aún así, fue suficiente para hacerle perder la compostura a Oswald por un momento, cuya duración era crucial para dictaminar si sus hombres se percatarían lo más mínimo de lo que estaba ocurriendo con la pareja que llevaba su relación en secreto.
Sin embargo, Cobblepot pudo contenerse, y aquello no ocurrió, pero no quitaba que Edward pareciera estar disfrutando el pequeño momento.
Y Oswald también, a decir verdad. Edward le conocía lo suficiente para no enfadarle a propósito con algo así.
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Historias de los Suburbios de Gotham
FanfictionRecopilación de drabbles y one-shots de la galería de villanos de Batman