Oswald escucha a Edward hablar de un whisky y sus deducciones sobre él.
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Primer drabble de una colección fluff (aunque a veces un poco hurt/comfort) de estos porque se lo merecen y es lo que más me sale de ellos. Normalmente usaré la palabra "RiddleBird" para ellos porque me suelo inspirar en sus versiones de los cómics, pero esto no los encasilla en ninguna versión; o sea, que los puedes leer aunque sólo hayas visto Gotham y no sepas nada de ellos en los cómics o viceversa, y si me centro en una versión específica lo diré antes de empezarlo.
El camarero de Cobblepot servía el whisky en los vasos acristalados de los dos hombres mientras sentía la pesada mirada del Acertijo recayendo sobre él y el chorro de líquido que caía de la botella. Cuando terminó de echarlo, se retiró con cuidado, todas los personas que trabajaban en el Iceberg Loungue sabían que cuando el pingüino traía a el Acertijo, el silencio era extremadamente importante.
—Casi fulminas con la mirada a mi hombre. —comentó Oswald cuando éste se marchó.
—¿Cómo se llama tu hombre?
—Tommy.
—¿Y Tommy lleva mucho tiempo trabajando para ti, Ozzie?
—No realmente, pero tenía experiencia en otros bares.
—¿Te lo recomendaron, verdad?
Oswald sonrió ante la impacable habilidad deductiva de Edward. Mucha gente pensaba que llevar una relación personal con el Acertijo sería una pesadilla; estaría plagada de conversaciones interminables, de enigmas conocidos por ser quebradores de cabeza y una impertinencia difícil de llevar, pero Oswald en verdad apreciaba aquellas cualidades, pues él era de las pocas personas con las que podía mantener una conversación crítica sin sentir que las personas simplemente estaban de acuerdo con lo que él pensara porque "era el jefe". Y Edward era realmente inteligente; siempre sabía de qué hablar y de cómo hacerlo, al menos cuando conversaba con alguien como Oswald, que apreciaba.
—¿Qué te parece si empiezas a hacer tus deducciones de este whisky nuevo que me han traído? —preguntó Cobblepot.
Algo recurrente y peculiar de sus habituales encuentros que empezó hace unos meses era que Oswald acostumbraba a tomar whisky de su club con Edward sólo para hablar de él. Escuchar a el Acertijo hablando de los diferentes sabores que cada uno tenía, los años aproximados que habría estado siendo envejecido y el sabor a alcohol que cada botella ofrecía mientras tiraba algún dato aleatorio que demostraba lo enriquecido que estaba sobre la bebida escocesa era ciertamente mejor que el sexo.
Edward llevó el vaso a su rostro, particularmente cerca de nariz y tocando mínimamente sus labios. Acto seguido, lo bajó y miró a Oswald.
—Dalmore. 12 años.
—Bravo —le felicitó Oswald con una sonrisa. Otras de las usuales técnicas a las que solía recurrir para aquel pequeño juego era envolver las botellas de whisky con un paño blanco opaco y que no resaltaba la forma del frasco, pues de esa forma Edward podría adivinar qué tipo de whisky era el que se llevaba a la boca, o a la nariz.
—Me preguntaba cuándo vendrías con este. Es un single malt, por lo que no es común de encontrar. No llegan a formar ni el 5% de la producción de whiskys de Escocia, pero es de mis favoritos. Por desgracia, no mucha gente sabe apreciarlo. Siempre te otorga una sensación diferente y única cada vez que lo pruebas y nunca te decepciona. Está hecho para los paladares más expertos. Te has lucido esta vez, Ozzie. Este whisky supone todo un lujo de tener enfrente mía.
Oswald le dedicó una mirada de recogijo a Edward debido a sus palabras, y agarró su vaso mientras observaba cómo Nygma empezaba a beber del suyo, con sumo cuidado y elegancia.
Cobblepot observó a través de el líquido ámbar de la bebida. Las palabras de Edward habían sido tan especiales para él no únicamente por la forma tan exquisita que tenía de pronunciarlas, si no porque le habían recordado a su amigo delante suya.
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Historias de los Suburbios de Gotham
Fiksi PenggemarRecopilación de drabbles y one-shots de la galería de villanos de Batman