| 𝟣𝟣 | [RɪᴅᴅʟᴇJᴏᴋᴇs#1]

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Joker está empezando a detestar la actitud de perrito faldero que presenta Edward, que sigue empeñado en querer trabajar con él, y una pequeña idea se forma en su mente que además cruza con la intención de querer divertirse un poco con el Acertijo.

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Soy muy consciente de lo crackship que es el riddlejokes pero, su dinámica me parece tan entretenida. Después de leer Joker Presents: A Puzzlebox, me sentí muy inspirada para escribir algo de ellos. Básicamente lo que se lee aquí se sitúa en ese cómic, con algunos... Arreglos(?

 Arreglos(?

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Edward no se había callado en toda la noche; todo el rato disparando argumentos sobre por qué deberían trabajar juntos y de lo satisfactoria que podría ser una alianza si los dos se unieran

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Edward no se había callado en toda la noche; todo el rato disparando argumentos sobre por qué deberían trabajar juntos y de lo satisfactoria que podría ser una alianza si los dos se unieran. 
El joker encontraba a Edward algo divertido; era ciertamente curioso ver cómo iba detrás de él desde hace tanto tiempo, como si estuviera desesperado por hacer amigos. Verle repetir las mismas frases constantemente sobre por qué deberían de ser socios en el crimen había sido entretenido al principio, ver a alguien como al Acertijo tan desesperado por una simple compañía, pero ya se estaba haciendo pesado.

No había conseguido despegarse de Edward en toda la noche. Y daba igual la de cosas que él dijera, podría reírse en su cara de su inteligencia mil veces y todas esas miles de veces tendría la misma reacción: Le miraría visiblemente ofendido, pero sólo lo expresaría con una mirada para olvidarlo en segundos y seguir insistiendo con soltar proposiciones dignas de alguien que quiere tener un ligue de una noche en una discoteca de mala muerte.

Sería capaz de dispararle de nuevo en el costado con una pistola para que se callara, pero para qué engañarse; sabía que eso no lo detendría. No podía contar con los dedos de sus manos la de veces que el acertijo había sufrido una herida mortal en el torso y el siguiente día le había visto con una salud de oro.

Y siempre había algo dentro suya que quería buscar la diversión, para qué mentir. Y una idea se estaba empezando a formar en su mente.

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Edward seguía hablando cuando el Joker salió de la puerta de unos de los baños y se dirigió al lavadero para frotar sus manos con jabón y agua —podía ser un psicópata, pero uno ciertamente civilizado—. Ahora Nygma divagaba sobre algo de Harley Quinn, o de Batman. Realmente no le estaba prestando atención.

Cuando se secó las manos, se dio la vuelta y miró por unos segundos a Edward, completamente quieto pero articulando oraciones hasta que decidió inclinarse más cerca de él y besarle de forma totalmente desprevenida.

Las palabras de Edward se durmieron en su tráquea y se transportaron a un círculo negro de su cerebro, fruto de la imprevisible acción del Joker.

Sin embargo, no lo alejó. Dejó que el Joker le empujara hasta una pared y metió su lengua dentro suya, y Edward aprovechó aquello siendo el que más le estaba poniendo empeño a mover la suya dentro de la boca del Joker, como si tuviera intención de devorarlo impacientemente.

Hasta el payaso sintió que hacía un tímido avance con sus brazos y los llevaba a sus caderas, queriendo aumentar la fricción del momento y no pudo evitar tener una pequeña sonrisa en su boca. Ahora lo único que salía de la cavidad bucal de Edward eran pequeños jadeos por la falta de aire que se empezó a producir en los dos cuando el beso duró más de lo que incluso el Joker habría esperado —de hecho, sus expectativas eran que Nygma lo empujara una vez se acercara lo más mínimo a sus labios.

Cuando se separó, observó a Edward con las mejillas sonrojadas y vio que lo que había hecho había tenido un efecto positivo en el otro villano.
Pero acto seguido, el Acertijo cambió su expresión a una de enfado y molestia. O al menos eso quería disimular.

—¿Por qué has hecho eso? —gritó con nerviosismo.

—Oh —entonó el joker con una fingida sorpresa— ¿No era eso lo que querías?

Edward volvió a expresar su mirada típica de ofendido, sólo que, a diferencia de las otras miles de veces, ahora estaba tan avergonzado que el peli verde tenía que hacer un esfuerzo terrible por no acabar siendo puras carcajadas en el baño por la débil reacción de Nygma. Si no acabó ocurriendo, fue porque quería, en cierta medida, que Edward se creyera su pequeño juego.

Finalmente, Edward se fue por donde había entrado, con la cabeza alta y su bastón lejos de tocar el suelo, dejando a un joker orgulloso de sí mismo, que había sido capaz de callarlo por una vez en su vida.

Finalmente, Edward se fue por donde había entrado, con la cabeza alta y su bastón lejos de tocar el suelo, dejando a un joker orgulloso de sí mismo, que había sido capaz de callarlo por una vez en su vida

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Historias de los Suburbios de GothamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora