Confesiones entre antiguos amigos
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Edward y Oswald tienen dos escondidos sentimientos muy fuertes el uno por el otro. ¿Cuánto más soportarán sin contarse la verdad? (Post-season 5)
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(Día 7 del MixCember: semana Fluff: Love Confessions / Confesiones de amor)
Edward se lleva el puño al pecho para envolverlo en su camisa en un gesto dramático por lo que le produce ver a Oswald entrar por la puerta. Siente que sus nervios se acrecientan, y de inmediato teme por ello, porque es una advertencia a que puede perder el control de la situación y de sus sentimientos; y aquello no puede ser nada agradable, sobre todo en su situación actual.
—Oh, ahí estás —habla Oswald, probablemente ocupado con lo que debe suponer la tarea de levantar de nuevo un imperio criminal unos días después de salir de la cárcel— ¿Me buscabas para algo?
Edward ha tenido mucho tiempo para reflexionar en prisión. Ha pensado en Oswald, y lo ha hecho bastante. 10 años suponen una cantidad considerable de tiempo, y era inevitable el que alguna vez su amigo cruzara por su cabeza.
Cuando Edward meditaba sobre su relación con Oswald, en un principio sólo se trataba de un simple sentimiento de nostalgia por su viejo compañero, pero ahora le traía una extraña vergüenza. Aquello ocurrió cuando Nygma se paró a rememorar aquella vez en la que Oswald le gritó que lo amaba, mientras al mismo tiempo temía por su vida, a pies de aquél muelle que había decidido el desenlace de tantas batallas.
No había sentido algo más que una empatía muy pequeña y una gran rabia en su interior en aquel momento. Sin embargo, ahora, que no estaba cegado por la ira, resultaba todo lo contrario.
Pensar en Oswald le traía una emoción ciertamente positiva a su corazón.
Al principio lo ignoró, pero no tardó mucho en darse cuenta de que haciendo eso, sólo estaba alargando el problema. Y ahora, que tenía a Oswald delante, justo como había esperado los últimos años, y se encontraba rebosante de nervios porque no se veía capaz de decirle al pingüino, sobre todo después de todo lo que había pasado entre ellos, que quizá guardaba un sentimiento diferente a la amistad por él.
Oswald, por su parte, nunca dejó de estar enamorado de Edward.
Con el tiempo, fue capaz de controlar ese sentimiento; esconderlo para que resaltara menos (ya había sufrido las consecuencias de no gestionar sus emociones y aprender del pasado era una obligación dadas las circunstancias) y hacer que no motivara más acciones suyas en un futuro. Ahora, aunque siguiera sintiendo amor por Edward, sabía reprimirlo siempre que lo miraba, aunque jamás llegara a olvidarse completamente de lo que sentía por él.
Ahora, Cobblepot se encontraba expectante por lo que tuviera que decirle Edward, pero no estaba nada preparado para lo que iba a confesarle su compañero.
—Oswald —le dijo, sonriendo con un profundo nerviosismo—, verás. No sé cómo decirte esto.
—¿Decirme el qué? —el pingüino ni siquiera sospechaba de lo que estaba tramando Edward.
Nygma intentó calmarse, se quedó en silencio un gran rato y apoyó la espalda en la pared mientras discutía muchas cosas en su cabeza.
—¿Edward? —preguntó, confundido por la actitud del más alto.
Nygma decidió volver a colocarse. Rápidamente, tomó la decisión en su mente que, si no le contaba a Oswald ya sobre lo que sentía, le daría mas vueltas inevitablemente y acabaría por no decir nada. Aquello, a lo mejor, fue demasiado precipitado, pero Edward aún así lo llevó a cabo, sin nisiquiera pensarlo y obedeciendo ciegamente a su corazón;
—Oswald —dijo nuevamente, mirándole a la cara mientras estaba totalmente recto y con una expresión casi preocupada e intranquila en su rostro—. Te amo.
La vergüenza rápidamente poseyó a los dos, y las mejillas de Oswald se envolvieron de calor mientras Edward se ruborizaba y apartaba la mirada, arrepintiéndose al instante de lo que había hecho.
—¿Esto es una broma, Edward? —preguntó Cobbler, balanceándose entre la ofensa y la sorpresa.
Nygma no contestó al instante, si no que se tomó su tiempo para recuperar la seguridad en sus palabras, y adoptar una forma de expresión que a Oswald le recordó a los viejos tiempos.
—Sé que resulta muy violento, pero estos últimos 10 años me han servido para reflexionar sobre muchas cosas. Oswald, sé que tú y yo hemos tenido un pasado lleno de conflictos; yo estaba cegado por la rabia de lo que me hiciste, porque aunque después te perdoné, nunca tuve una visión esclarecedora sobre cómo me sentía realmente sobre ti por culpa de mi propia ira, y sé que esto a lo mejor no cambia nada entre nosotros, pero no me importa. Sólo veía necesario decírtelo, no ocurre nada si ya no sientes lo mismo.
Sentimientos que hace tiempo no surgían en Oswald por miedo volvieron a florecer, sólo que con una madurez extraordinaria.
No es que Cobblepot esperara algo así, ni tuviera una reacción perfecta, pero sí estaba feliz de saber que, finalmente, sus sentimientos habían sido correspondidos, y ahora podría vivir una vida nueva con el hombre que amaba, con los factores positivos de que habían aprendido de los errores del pasado y gozaban de una relación más sana.En conclusión; cuando Oswald le reveló a Edward que se sentía de la misma manera (nunca había dejado de sentirse así, pero esa parte la excluyó), pocas palabras bastaron. Una nueva oportunidad había ascendido delante de ellos, y nunca es tarde para otorgarle un segundo intento al amor.
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Historias de los Suburbios de Gotham
FanficRecopilación de drabbles y one-shots de la galería de villanos de Batman