Capítulo 1

15.9K 439 14
                                    

Christian.

Hace tres meses que perdí a mi padre, Carrick Grey, murió por su edad avanzada. Ahora sólo somos mi madre Grace y mi hermana Mia. Por ser el mayor y el único hombre en la familia, el imperio que mi padre amasó durante años pasó a mis manos.

Grey Enterprises Holdings Inc. Una empresa dedicada a las fusiones y adquisiciones.
Siempre estuve al tanto de lo que pasaba en la empresa y me complacía ayudar a mi padre en lo que podía.

Desde que tome la empresa he estado muy ocupado en viajes de negocios. Hoy, ¡Por fin! Regreso a Seattle.

Esta noche tengo que asistir a la gala de beneficencia que mi madre organiza año tras año. Nunca me había atrevido a ir, siempre me han parecido aburridas. Pero esta noche tengo que "socializar" con la élite de Seattle.

Llego al Escala, me desvisto y enseguida voy a la ducha, salgo y decido ir un tanto formal con mi camisa blanca de lino, traje negro y pajarita negra.
Le informo a Taylor, mi agente de seguridad, a donde nos dirigimos y se pone en marcha.
Cuando llego, una ola de paparazzis están en la entrada esperando obtener alguna fotografía. Por suerte los evado y logro entrar a casa de mis padres.

—¡Christian!—Una voz chillona me sorprende cuando me dirijo a la cocina y sé que es mi pequeña hermana.

—Mia, es bueno verte de nuevo.

—Creí que no vendrías, como siempre.

—Bueno, ya sabes... es de sabios cambiar de opinión.

—Basta ya, busquemos a mamá. Se pondra feliz de verte.

Nos dirigimos al jardín de atrás, donde se está llevando a cabo la gala. La comida se ve exquisita, y el ambiente realmente es increíble.

—Mamá, mira quien ha venido— Chilla Mia con mucho entusiasmo.

—Christian, me alegro de verte. Me has hecho mucha falta querido.

—Yo igual te he extrañado madre.

—Ven, vamos a tomar nuestros lugares.

Nos dirigimos a la mesa del centro, estamos sentamos con los amigos más cercanos a la familia, Mia esta sentada a mi izquierda y mamá a la derecha de mi.

La gala transcurre muy bien y no dudo que las donaciones vayan viento en popa. Me dispongo a dar un recorrido y mientras avanzo una voz me detiene.

—Señor Grey— Volteó y me encuentro con una mujer de cabello castaño muy bien arreglada, podría tener la edad de mi madre —Señor Grey, soy Carla Steele, esposa de Raymond Steele me alegra mucho conocerlo.

Reconozco el nombre de su esposo, mi padre salvo su empresa de la quiebra hace algunos años. 

—Señora Steele, espero que este teniendo una agradable noche.

—Oh! Por favor dime Carla. Si me permite quiero invitarle a pasar un rato en nuestra mesa, mi hija estaría encantada de conocerle—  ¡Vaya! Esta mujer no pierde tiempo en conseguirle algo a su hija.

—Me encantaría Carla, pero tengo que volver a mi mesa.

—No le quitaremos mucho tiempo, mi esposo estaría feliz de verle— Se que no se cansará en insistir, así que asiento con la cabeza y nos dirigimos a su mesa.

Cuando llegamos veo a un hombre de muy buen porte y cabello grisáceo. Al momento de verme se pone de pie y tiende su mano hacia mi.

—Señor Grey, es un placer verle.

—Señor Steele.

—Querido, deberías contarle lo bien que la empresa esta gracias a su ayuda.

El Sr. Steele parece un poco incómodo con las palabras de su esposa.

—Por favor siéntase, y tome algo con nosotros— Tomó un poco de champagne y empezamos a hablar de la empresa por lo que dice, creo que las cosas no van del todo bien.

Cuando me dispongo a retirarme una hermosa mujer se acerca a la mesa, con un vestido gris strapless que le queda más que perfecto en ese bien formado cuerpo, cabello castaño, labios carnosos y los ojos azules más hermosos que haya visto en mi vida.

—Señor Grey, está es mi hija, Anastasia— Carla me dice sacándome de mi ensoñación.

—Anastasia— Le tiendo mi mano y ella la toma entre sus delicados dedos, noto su rubor que se extiende por toda su cara. 

·Por Dios! Esta mujer es hermosa·

—Señor Grey— Saluda, tiene una voz tan suave. ·

Mierda! Estoy nervioso, nunca me había sentido así, parezco un adolescente y no un hombre de 27 años·

—Querida, se buena y acompaña al señor Grey a bailar un rato— Dice su madre y estoy más que agradecido por eso. 

Tiendo mi mano y ella la toma con timidez, nos dirigimos a la pista. Las miradas nos siguen y por su expresión eso le incomoda un poco. Se detiene enfrente de mi, poso mi mano derecha en su cintura coloca su mano en mi hombro, con la izquierda tomo su mano derecha y empezamos a movernos al compás de la música. Nos vemos fijamente sin apartar la vista de cerca puedo admirar esa piel de porcelana que me gustaría tocar, esta completamente roja como un tomate y me encanta.

—Así qué... señorita Steele ¿cómo la esta pasando?

—Bien, señor Grey— Responde brusca.

—Es usted muy hermosa, Anastasia—Es tonto si, pero es lo primero que se me ha ocurrido.

—Gracias, señor Grey— Da una pequeña sonrisa.

—Por favor, dime Christian.

—Christian— Es como si los ángeles cantarán mi nombre—Dime Ana.

—Ana. 

Me hace sonreír como nunca antes.

Continuamos con nuestro baile en un silencio cómodo, queriendo sentir su olor me acerco más dejando mi nariz en su cabello ·Huele jodidamente bien· Cuando la canción termina se aparta rápidamente y nos encaminamos a su mesa.

—Se veían más que perfectos en ese baile— Chilla Carla con demasiado entusiasmo, provocando que Ana baje la mirada a sus manos ·No nena, no escondas ese hermoso rostro·

—Carla—La reprende su esposo.

—Disfruten el resto de la noche, tengo que regresar a mi mesa—Les digo y me dirijo a Ana —Espero volverte a ver— Le beso el dorso de la mano y vuelve a ruborizarse.

—Lo mismo digo, Christian— Dice en voz muy baja.

Cuando llego a mi mesa, Mia y mi madre me interceptan con un montón de preguntas, claramente están entusiasmadas por verme con una mujer. No acostumbro a llevar a mis novias con mi familia, comúnmente es sólo sexo y después de un poco o mucho lo dejamos.

La gala fue bien, creo que podría asistir año tras año. Pero, lo mejor de la noche fue Ana. Es preciosa, con un cuerpo perfecto y un olor divino es embriagador, es tímida o al menos eso demostró y sexy que combinación tan enloquecedora.

Yo te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora