Anastasia.
¡Si! Se levanta y me toma entre sus brazos con dirección a su habitación. Realmente sucederá, siento un hormigueo que recorre mi cuerpo. Me deja de pie frente a su cama, y se detiene a observarme pausando su mirada en cada parte de mi cuerpo con una sonrisa de satisfacción que eriza los pelos de mi nuca.
—Eres muy hermosa, Ana— Me besa de forma suave y con una de sus manos tira del broche del sujetador. Mis pezones se endurecen por la falta de contacto con la tela y, sus ojos caen a mis pechos que suben y bajan al compás de mi respiración: noto su mirada se intensifica.
Me toma de la cintura y me recuesta sobre la inmensa cama, me contempla por un momento y se pasa la lengua por su labio inferior antes de tomar uno de mis pezones en su boca ¡Maldición! Lo lame, y luego lo succiona; desliza una de sus manos en mi otro pecho tomándolo entre su pulgar e indice.
Me retuerzo debajo de él por la sensación de dolor que resuenan entre mis piernas, y Christian se detiene. Busca de nuevo mi boca y me besa de forma exigente, tirando de mi labio y chupándolo de la misma forma que lo hizo con mi pecho, gimo en su boca y el sonríe continuando con su asalto sensual.
Su mano derecha desciende por mi cuerpo, hasta tocar mis bragas; No, no, no. E introduce su mano dentro de ella, acunando mi sexo húmedo pasando uno de sus dedos en la hendidura de mi sexo de abajo hacia arriba, jadeo.
Detiene su dedo en la entrada de mi vagina y empuja dentro de mi, puedo oler mi excitación y Christian continua empujando su dedo invasor. Me aferro a las sabanas debajo de mi, mis piernas tiemblan y mi respiración va mas allá de errática, mi vientre se contrae, una ola de calor invade mi cuerpo y siento que caeré a un precipicio...y se detiene.
—Estás tan húmeda, Anastasia— Dice con cierta admiración en su voz.
Retira su dedo de mi sexo, dejándome famélica y lo lleva hasta su boca, probando mi excitación y me da una mira llena de deseo que hace que la sangre me hierva y se eleve mas el calor que brota de mi ingle.
—Sabes muy bien.
Me he quedado sin habla ante sus palabras descaradas y se que estoy tan roja como un tomate por ello.
Baja de mi arrastrándose por mi cuerpo, llevando consigo mis bragas. ¡Joder! Abre mas mis piernas.
—Mira eso, tan rosa y perfecto— Y pasa un dedo entre mis pliegues y cierro los ojos —¿Te gusta? — Susurra cerca de mi sexo.
Gimo ante su pregunta y él hace un ruido de desaprobación.
—Dímelo, quiero que lo digas—Suena autoritario. Con su dedo índice oprime mi clítoris, aumentando mi necesidad. —Dilo Anastasia. ¿Te gusta?
—¡Si! Si, me gusta Christian—Chillo ante su insistente dedo.
—Eso es nena, quiero escucharte.
Y siento su lengua en mi sexo, envolviendo entre sus labios mi clítoris. Ya no puedo más, y estallo en lo que ahora se que es un orgasmo, gimiendo alto y fuerte, retorciéndome. Christian toma mis muslos teniéndome estable y continua moviendo su boca en mi vagina lamiendo los vestigios de mi orgasmo, mientras mi respiración vuelva a la normalidad.
—Eres exquisitez pura.
Caigo en la realidad que esto va mas allá de mi, nunca había visto el sexo de forma placentera y sin embargo aquí estoy jadeando de placer con un hombre que ni siquiera es mi marido o mi novio, si no un hombre al que le debo dinero.
Cuando abro mis ojos el me esta observando con una sonrisa maliciosa, y su rostro se ve húmedo por donde lo tenía hace unos momentos, me ruborizo ante la imagen de Christian entre mis piernas.
Comienza a desabrocharse la camisa blanca de lino y no puedo apartar mis ojos de él, la arroja al suelo y lleva sus manos al botón de sus pantalones y mi respiración queda atrapada en mi garganta ante la anticipación.
Baja sus pantalones junto con su bóxer, descubriendo cada centímetro de su piel perfecta y mis ojos se van directamente a su erección ¡Oh por dios! Es realmente grande, y en la punta hay rastros de su propia excitación.
Relamo mis labios y toma su erección entre sus manos acariciándose a si mismo, me olvido de mis principios y por primera vez lo veo como un hombre completamente sexual y atractivo.
Un hombre que con la simple visión de él mismo dándose placer hace que me sienta acalorada.
—¿Entrará todo dentro de mi?— Pienso en voz alta y Christian se ríe.
—Deberías ver tu vagina en estos momentos, Anastasia. Créeme está más que lista para recibirme.
Se sube de nuevo en mi y el dolor comienza a crecer en mi vientre. Introduce su lengua en mi boca rozando mis dientes y puedo saborear el sabor salado de mi vesania.
—Christian— Susurro junto a su boca.
—Si nena.
Su erección se mantiene sobre mi vientre y siento lo dura y suave que es. Empuja sus caderas, masturbándose en mi.
—Recuerda que soy virgen— Se pone rígido —O lo era, no lo sé—En sus ojos hay una pequeña chispa de fuego.
—¿Lo eras?—Su tono sale cortante, y percibo que está molesto.
—Bueno, has metido tu dedo dentro de mi así que no lo sé.
Esboza una media sonrisa y me da un pequeño beso en la nariz.
—Necesitas una penetración verdadera, Anastasia y sólo yo podre dártela.
Emprende de nuevo su adoración hacia mi, besando y chupando mi cuerpo.
—Tomo la píldora— Alza sus profundos ojos grises a mi —Ya sabes, para regular mi periodo— sonríe como el gato de Cheshire.
—Perfecto— Posiciona su erección en mi entrada y me estremezco. —Tranquila, nena.
De forma lenta se introduce en mi y me retuerzo de placer, ante la nueva emoción. Cuando topa con lo que creo es mi virginidad, entra de golpe, llenándome por completo y gimo ¡Adiós virginidad! Una punzada de ardor mezclada con dolor recorre mi vagina.
Christian se mantiene quieto dentro de mi, esperando a que me acostumbre a su bálano.
—Muévete, por favor— Ésta nueva incursión me tiene al borde.
Cada vez que sale, siento una sensación de vacío.
—Estás tan apretada—Dice con la mandíbula tensa, fijando su vista a nuestra unión. —¿Lo notas Anastasia? Siente como tu vagina se aferra a mi, me necesita al igual que mi pene te necesita.
Ahí esta la ya conocida sensación y se que me estoy acercando al orgasmo; al igual que Christian, golpeando más fuerte dentro de mi con su mandíbula tensa y sus nudillos blancos por la fuerza contenida.
—¡Ah, Ana!— Se vacía dentro de mi, su semen caliente me llena y me dejo llevar por el. Subiendo al cielo y cayendo en picada con un grito ahogado.
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Yo te amaré
FanficAnastasia Steele deberá tomar una decisión acerca de lo que quiere y lo que le conviene con tal de proteger a las personas que ama.