Capítulo 5

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Anastasia.

Después de la pelea que tuve con mi madre me he negado a hablar con ella. No quiero esto. ¿Matrimonio? No. Aún no.

Me dirijo al patio de nuestra inmensa casa, hace mucho que no venía aquí. Mientras disfruto de la vista escucho que alguien se aclara la garganta, sé que es mi madre.

—¿Cómo te sientes querida?

—Sigo viva, es lo que importa.

—No seas tan dramática, ¿has pensado las cosas?

—Si mamá. Llegue a la conclusión de que quiero casarme por amor y no por conveniencia, así que paso de casarme con el fabuloso Señor Grey.

—No se puede tener todo en la vida, querida.

—Tu lo tienes todo, tienes dinero que parece que es lo más importante para ti y tienes amor, papá esta tan enamorado de ti.

—Bueno querida, el dinero es indispensable y el amor...— Suelta una risa tonta.

—¿No quieres a papá?— Abro los ojos cómo platos.

—Mira Ana, yo no me casé con tu padre por amor, tus abuelos me obligaron, y con el tiempo me acostumbré a vivir con él, le tome cariño porque siempre me respeto, pero eso no es amor— Parece que se ha levantado un peso de encima y me deja sorprendida. No me lo hubiese imaginado. —Y tu padre siente lo mismo por mi, el estaba enamorado de una mujer más grande que el, le quitarían todo si no se casaba conmigo. Lo nuestro es cariño por convivencia— ¡WOW! Esto no me lo esperaba, me siento mal por ambos.

—Entonces, yo viviré la misma porquería que tu viviste.

—No Ana, podría jurar que si te casas con Christian serás capaz de amarlo. Y el te amará de vuelta.

— ¿Cómo sabes eso? La única ves que nos viste juntos fue en un estúpido baile.

—Quedaste impresionada con él y él de ti. Vi como te veía.

—¿Que mujer no quedaría impresionada? Es un tipo muy apuesto.

—Lo es. Te conozco muy bien Ana, José es un capricho, tu no lo amas— ¿Ahora resulta que me da pláticas de amor? Ella y mi padre no se quieren ¿o si? —Deberías darlo por perdido Ana, el está en prisión y tu no puedes acercarte a él— Estoy a punto de responderle cuando Susan viene corriendo hacia nosotros.

—Señora Steele— ·¡Caramba! La preocupación se refleja en su rostro·

—¿Qué pasa Susan?

—El Señor Steele, se desmayó.

—¿Qué? ¿Dónde está?

—Arriba, en su habitación.

Mis lágrimas corren por mis mejillas y mi madre mantiene la calma. Cuando llegamos a la habitación mi papá sigue inconsciente.

—Rápido Susan, llama a una ambulancia— Dice mi madre con una tranquilidad impresionante.

—Papá, papi, por favor no te vayas, hoy no—Le susurro entre lágrimas.

______

Vemos que el Dr. Flynn se dirige hacia nosotros.

—Señora Steele, Ray se encuentra mejor—Suspiro aliviada.

—¡Gracias a dios! ¿Podemos verle?

—Por ahora no, pero necesito hablar a solas con usted Señora— Se dirige a mi mamá.

—Claro. Vuelvo en un rato, querida.

Ese mismo día le dan de alta a Ray. Espero que este mejor, aún no hablo con mi madre sobre lo que le dijo el doctor.

Voy a la habitación de mis padres y veo a mi mamá, que parece que no ha dormido en años.

—Mamá— La abrazo.

—Ana, vamos a tu cuarto, tenemos que hablar.

Cuando entramos cierra la puerta con seguro y se vuelve hacia mi.

—El doctor no le da mucho tiempo de vida a Ray—Sabía que este día llegaría, que sería fuerte. Pero, esas sólo son palabras. La verdad es otra me siento tan triste y molesta.

—¿Cuánto?

—Menos de un año. Ya no hay tiempo, tu padre se está muriendo y tu... tu no haces nada. Se morirá sabiendo que nos iremos al carajo. Si te quitas esa necedad de llevarme la contra en menos de un año puedes estar casada y tu padre puede irse en paz sabiendo que te casaste con un muchacho decente.

—Entiende mamá, no quiero casarme y menos con ese tipo, podemos aprender a dirigir la empresa y seguir por nosotras mismas— Trato de ser razonable.

—La empresa se está yendo a la quiebra nuevamente, tú y esa maldita empresa mataran a Ray.

—Quiero ver a Ray— Y con eso me dirijo a verlo.

Se ve débil y delgado. Nunca lo había visto así.

—Annie— Habla con dificultad.

—Papá— Me siento en la cama tomando su mano entre las mías—Estás débil, odio verte así.

—No Annie, no lo hagas, tienes que aceptarlo, es la vida.

—La vida me está quitando a una persona muy importante.

—Anastasia, tienes que ser fuerte. Eres lo mejor de mi vida, quiero tu felicidad por encima de todo. Sólo te pido que no dejes que este viejo no te vea siendo feliz.

—Oh papá! Soy feliz— sorbo la nariz.

—Las cosas no están bien Annie, la empresa va mal y no quiero dejarte desamparada.

—No lo harás papá, te lo prometo— Le doy un beso en la frente y salgo de su habitación.

Encuentro a Carla en mi habitación aún. No quiero casarme eso esta claro, pero siento la necesidad de hacer algo por mi, por mi papá. Quiero salir de mi propia casa, vivir encerrada en cuatro paredes como si fuera de cristal me volverá loca. Viviré un poco. Tengo que olvidar a José.

—Creo que tienes razón, Carla.

—¡Gracias Dios!— Hace una alabanza al cielo—No te preocupes querida, yo me encargo de traerte al encantador Señor Grey— Tiene una sonrisa de mil vatios —Tal vez suene una completa perra con lo que diré, haz dicho que si Ana y si te arrepientes tu padre puede enterarse de algunas cosillas, ya sabes, nada importante que pueden afectar su salud— Me guiña un ojo y empieza a caminar de manera exagerada

—Eres despreciable.

—Oh, deberías agradecerme, quisiera seguir con esta hermosa charla madre-hija pero tengo cosas que hacer y cuidar a tu padre no es una de ellas.

—¿Dónde está el maldito cariño que le tienes?

—Creo que resulte ser mentirosa igual que tu querida. Descansa.

Yo te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora