11. Las cajas de Pandora

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Martín se sentó en el sofá

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Martín se sentó en el sofá. Yo fui a la cocina por un vaso de agua y un cigarrillo.

Esperaba una respuesta a su pregunta y sabía, por lo bien que lo conocía, que no iba a quedarse tranquilo hasta que le dijera el porqué de las cosas, del maltrato, de las marcas en el cuerpo y sobre todo eso sería un expediente más que anexar a su tesis de grado. Lamentaba que, por cada día que pasaba, esto se estaba convirtiendo en un desastre, un hermoso pero un fatídico desastre.

—No considero que eso sea normal. —Soltó las palabras con pesadez, estaba asqueado. Se incorporó en un solo movimiento, ágil, como si fuese un gato.

—Pero me gusta. Lo que más nos hace daño a nosotros los humanos, por muy irónico, siempre nos termina atrayendo o gustando.

"Pasa con los cigarros, con el alcohol, con las relaciones o como siempre vamos como borregos a votar en las elecciones sabiendo que nos van a dar por culo. Tengo mis métodos y en el dolor también hay placer. Aunque honestamente este dolor no es como los demás. Duele, pero luego se disfruta.

—Igual considero que eso no está bien. Las conductas sadomasoquistas llevan a un potencial peligro de muerte...

"El dolor no será suficiente un día, Ibrahím y lo peor del caso es que querrás más. Eres como un adicto a las drogas, pero peor: porque el dolor siempre se supera.

"Pasa cuando te quemas varias veces con la estufa y llega un momento en que estás acostumbrado a eso, que la piel se pone gruesa y ya no sientes o cuándo comes muchas cosas picantes, y no te bastará.

"Entonces vas a comenzar a buscar diferentes formas de tener ese placer que, según tú, piensas que se obtiene. Vamos a que te vea un doctor, por favor.

Súplica.

Esa voz era a la cual no podía decirle que no. Menos en ese tono. Menos en ese grado de tensión en que las cosas estaban.

—Luego de eso, ¿Qué es lo peor que puede pasar? —Aspiré el aire. El cigarrillo estaba dándome con todo y me mareó.

—Sabes de sobra qué es lo que puede pasar: vas a querer morir. Vas a querer sentir más de la cuenta. Vas a querer experimentar otra clase de dolor, más fuerte, más agresivo, asfixiante...

"Vas a sentir la necesidad de conocer la muerte y querer volver y créeme: no creo que salgas bien parado de esa situación.

Martín se puso de pie. Puso sus manos en mis hombros otra vez.

Yo te quiero. Más que para poder obtener el estúpido título, más que para poder... —se tragó las palabras. —No, te quiero porque siento tu dolor. Siento como te ha tratado la vida, las personas, las situaciones... Como tú mismo te has auto-flagelado constantemente.

No quise poner resistencia. Era Martín quien se estaba preocupando por mí y eso tenía que agradecerlo. Más que eso, me había dicho que me quería y eso me llenó la mitad del alma.

Yo, Ibrahim Cooper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora