3. Cuestionamientos

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Luego de que la consulta de esa semana se había cancelado por un viaje inesperado de Martín, él estaba parado en la puerta de mi apartamento

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Luego de que la consulta de esa semana se había cancelado por un viaje inesperado de Martín, él estaba parado en la puerta de mi apartamento.

Se había aparecido sin previo aviso. Eso no me molestaba en lo absoluto, verlo me daba tranquilidad, paz, serenidad... me sentía bien. Había decidido, muy a su manera, que la consulta sería solamente y por esta vez en mi casa.

Según él, esto era para sus investigaciones. De cómo el espacio y lugares conocidos a profundidad por el paciente intervienen en las respuestas, forma de hablar, reacciones... en fin: era una explicación vasta e ilógica para mí, porque no entendía sus términos y si los llegaba a entender, pues, me valían mierda. No era que no quería ayudar a Martín con su tesis, era que en realidad no me importaba mucho si él lo hacía o no. A fin de cuentas, yo le pagaba y si él quería hacer su tarea en mi casa era su problema.

—Sé que te dije que fueras a mi consultorio, Ibrahim... y esa cita era hace una semana, pero...—Carraspeó un poco. ¿Nervios? No lo creía, o por lo menos no viniendo de Martín, que era cuadrado, medido... esas emociones mundanas no iban con él. Sus ojos dieron con el piso.

Observé que traía a cuestas una pequeña mochila, no muy grande, pero tampoco tan pequeña: parecía un equipaje de mano. Luego de su breve pausa lo invité a seguir hablando, alentándolo con un "Sí". 

 —Creo que mi asistente te dijo que tuve que viajar. Perdón por no avisar que venía, es que...

—No se preocupe, doctor. La verdad, siendo completamente sinceros, me ha tomado por sorpresa, aunque no es problema alguno recibirlo aquí. Entonces: ¿hoy haremos dibujitos e intentará saber en qué pienso? —Le hice una invitación con la mano extendida hacia adentro de mi piso para que entrara.

—Ibrahim... —Cerró los ojos y apretó los labios. —Solo quiero saber qué pasa contigo en este lugar. Veo que eres... minimalista. —Observaba todo con mucha determinación— Y que no te gusta mucho estar en compañía; y desde luego: te gusta mucho el frío.

Pasa que me siento bien estando solo. Siempre se lo he dicho... y se lo seguiré diciendo. Ando por la vida porque ya no me queda de otra. He dejado de lado toda diversión. E incluso, todo contacto sentimental. 

Siento que esto... siento que no sé, que esto jamás ha funcionado y... no es que sus consultas no hayan funcionado, lo que no ha funcionado aquí es la vida. Mi vida. Porque usted lleva una vida maravillosa, exitosa... ¿Cuántos viajes ha hecho? ¿Cuántos postgrados? ¿Cuántas personas ha conocido? Sin duda es una vida de éxitos. Éxitos de los cuales se pavonearían muchas personas.

Yo, Ibrahim Cooper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora