Capitulo treintaiocho

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El vuelo transcurre rápidamente, llegamos al aeropuerto de Miami faltando diez para las siete. Luego de buscar las maletas efectivamente nos espera un amigo de James en su auto, a quien saluda entusiasmadamente y luego de presentarnos a Greg a todos, subimos al auto con destino al apartamento en la playa.

-¿Todo bien?- Me pregunta James cuando estoy abraza a su cuerpo, levanto la cara y luego de mirarlo por un segundo asiento sonriéndole con ternura. El se acerca y deposita un rápido beso en mis labios.

-¡Quiero más!- Digo bajito entre pucheros para que sólo el pueda oírme.

-Tu siempre quieres más- Y pronunciando esas palabras vuelve a juntas nuestras bocas y me besa lenta y seductoramente, a lo que Mauricio comienza a silbar divertidamente mientras mi hermana ríe y no nos queda de otra que desapartarnos, James le mira feo y yo me escondo en el cómodo pecho de mi adorado novio ante la pena.

-No, pero sigan- Dice riendo Mauricio- No se apenen por nosotros.

-Cállate bebe- Le dice mi hermana rápidamente a Mauricio- Yo también quiero beso- El le sonríe tiernamente y sin vergüenza alguna comienzan a besarse apasionadamente sin darle importancia a nuestra presencia.

Observo a mi chico el que ríe apenas verme y me estruja más contra su cuerpo dejando un tierno beso en mi frente. Ya en menos de veinte minutos nos encontramos llegando a lo que parece una residencia donde se encuentran varios apartamentos cerca de la playa, Greg estaciona en uno que a simple vista desde la parte de afuera se ve agradable y elegante.

-Bienvenidos a mi apartamento- Dice James cuando todos comenzamos a entrar luego de despedirnos del amable Greg.

-¡Que apartamento hermano!- Le dice Mauricio a James mientras examina el lugar perdiendose en lo que parece la cocina.

-Por allá están las habitaciones, la primera es la nuestra- Me abraza James desde atrás tomándome por sorpresa y dejando un beso en mi cabello- Y ustedes pueden escoger la que quieran- Mi hermana asiente y Mauricio vuelve a aparecer en la sala.

-¡Vamos por una habitación Mau!- Peny lo jala de brazo hacia el pasillo de las habitaciones y el le sigue sin protestar.

-¿Quieres que te enseñe el apartamento?- Me volteo y lo observo por un segundo a lo que James espera mi respuesta, muerdo mi labio y sin pensarlo dos beses uno nuestras bocas y comienzo a besarlo anheladamente tomándome mi tiempo y saboreando perfectamente sus labios y ese sabor a menta que tanto me gusta.

-Ahora si puedes ir a enseñarme el apartamento- Sonrió pegada a su boca cuando nos hemos desapartado para tomar aire.

-Eres tan perfecta- Es lo que dice James pegandome más a su cuerpo- No sabes lo mucho que me gusta tenerte a mi lado- No lo dejo terminar de hablar cuando vuelvo a besarlo.

-Tu eres perfecto y no sabes cuando agradezco haberte visto ese sábado en el bar- Le abrazo fuertemente rozando sus labios con los míos.

-¿Si?- Susurra bajito mientras comienza a moverse hacia adelante llevándome con el para rápidamente tumbarme en el sofá y subirse sobre mi- Desde ese día nena, le has devuelto lo divertido a mi vida- Pega su nariz a la mía rozándolas delicadamente.

-¡James!- Río bajito, lo beso rápidamente y lo empujo para que me deje levantar y no dejar sospechas- Recuerda que no estamos solos ¡Vamos a ver nuestra habitación!- Le tiendo la mano y el me la coge delicadamente.

-Lo había olvidado- Sonríe pícaramente y me guía hacia el pasillo donde están las habitaciones.

Entramos en la primera puerta que aparece, la habitación es inmensa y completamente blanca, tiene una cama grande en el centro de ella junto con dos mesas de lámpara a cada lado, hay un sofá negro de cuero en la esquina del cuarto cerca donde se encuentra en gran armario y la ancha cortina que debe de ocultar la salida hacia la parte de afuera, también observo una pantalla plasma exageradamente grande que se ubica en la pared delantera de donde se encuentra la cama, donde también hay una repisa repleta de muchas películas y cuando digo muchas no estoy exagerando ¡Son demasiadas! James me observa mientras inspecciono el lugar, me jala de la mano y me lleva hacia la única puerta que allí se encuentra. El baño como lo suponía esta pintado de azul cielo, también es grande un poco más pequeño que la habitación, tiene un gran espejo junto al lavado y una llamativa bañera blanca donde podríamos entrar a relajarnos James y yo, la idea me estremece y cuando volteo la mirada hacia el lo encuentro observándome.

Mas que placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora