Capitulo cincientaiocho

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Mi mano temblaba observando aquello que me habían enviado por mensaje, era una imagen, una imagen lo suficiente comprometedora como para acabar conmigo y mis sentimientos en cuestión de segundos, en ella se observaba a James teniendo sexo con otra chica, una imagen lo bastante explicita que me asqueo de inmediato. Pero esa mujer en la imagen no era yo, era la persona que yo menos me imagine en la vida. Natalie parecía disfrutar en la fotografía con quien se suponía que sería mi futuro esposo. Esa rubia falsa, esa rubia sifrina y déspota se estaba acotando con James, con el James que yo pensaba que era mío. Las lágrimas caían de mis ojos sin detenerse y mi corazón se estaba sintiendo tan roto que me faltaba la respiración. Sollocé durante más de una hora, quería gritar, quería dormir para no sentir todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Intente ser fuerte y me levante, necesitaba ir a afrontar lo que estaba sucediendo, necesitaba una explicación, necesitaba saber porque me estaba engañando. Subí las escaleras y en menos de media hora ya me encontraba lista, mis cara se veía hinchada de tanto llorar, trate de ocultarlo un poco con el maquillaje pero se me hizo difícil, porque las lágrimas no dejaban de salir de mí, me dispuse a respirar profundo y a mantener aquel nudo en la garganta para evitar llorar lo más que pudiera. Llegue a la oficina en un taxi, subí de inmediato al piso cinco y me acerque a donde se encontraba siempre su asistente Alice.

–Hola Alice– Dije de inmediato al verla– ¿Se encuentra James?– Ella me observo sonriente pero pude ver en su rostro la duda sobre la tristeza que me embargaba.

–Señorita Emma, él está por salir de una reunión, yo le aviso que está aquí de inmediato– Dijo ella tranquilamente tomando su teléfono de oficina.

–Esperare en la oficina– Respondí y me adentre al lugar. Aquellas cuatros paredes donde habíamos consumido tantas veces nuestro amor, aquel lugar donde me repitió más de una vez que me amaba, aquel lugar donde seguro le hacia el amor a otra. Sin poder evitarlo comencé a llorar de nuevo pero seque mis lágrimas con rencor, necesitaba afrontar la situación de inmediato.

–Nena...– James apareció de inmediato en la oficina, su sonrisa despacio al ver mi rostro y su cara de preocupación fue evidente acercándose rápidamente a mí. – ¿Qué sucede amor?

– ¡No me toques!– Lo aparte con la mano y el me observo aún más confundido, fruncía el ceño con tanta fuerza que las líneas en su frente se pronunció de inmediato.

– ¿Qué pasa Emma? ¿Por qué estas así? ¿Por qué me apartas de ti?– Pregunto molesto y preocupado pero respeto la distancia que le pedí.

–Estaba yo muy feliz en mi apartamento– Comencé a contar mirándolo seriamente a los ojos– Cuando de repente me llega una imagen– No pude seguir hablando porque el dolor de apodero nuevamente de mí y las lágrimas caían fuerte sobre mi cara, intento acercase con más preocupación pero lo aparte nuevamente.

–Me estas volviendo loco, no soporte verte así – Paso una de su manos por su cabello exasperado– ¿Qué imagen? ¿De qué hablas nena? Por favor.

– ¡ESTA IMAGEN!– Le tire el teléfono sobre el escritorio, grite porque ya las lágrimas, el nudo en mi garganta y el dolor que sentía no me dejaban hablar. Y llore, llore aún más, más fuerte con tanto dolor pero sin declinar mi mirada. El tomo el teléfono de inmediato, abrió la imagen y la observo con horror.

– ¡No Emma!– Dijo con miedo, tratando de acercase a mí pero yo retrocedí, podía ver el miedo y la preocupación en su rostro. – Esto no es lo que tú piensas amor, lo juro.

– ¿Qué pienso James? ¿Qué me engañaste? Si lo hago. –Dije seria y decidida, con mi corazón roto pero con autoridad, afrontando lo que estaba pasando, lo que él había hecho. Seque las lágrimas de mi rostro, tome mi celular y lo guarde.

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