Capítulo 20: Buscando una solución

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Eithan

De esta manera no puedo continuar en la habitación, así que me visto y, después de tomar mis cosas, salgo de ella.

La situación con mi linda me tiene al borde de la locura. No resisto la idea de que no quiera confiar en mí.

Me estoy esforzando para dejar mi vieja vida y hacer las cosas bien, sin embargo, algo parece confabular en mi contra.

Le doy vueltas al asunto. Por más que lo intento, no sé como hacer para que entienda que entre esa desquiciada mujer y yo, no hay absolutamente nada.

Estoy en el lobby del hotel. Me debato entre si quedarme aquí, haciendo alguna cosa para calmar esta ansiedad, o si irme al apartamento de Eric a buscar consejo.

No soy bueno llevando una relación y ha quedado más que demostrado. Aún no comienzo a vivir mi historia con mi linda y ya me encuentro en esta maldita situación.

Creo que estar en el hotel tampoco me hará bien, ella no está. Tampoco puedo pensar en llamarla porque le pedí que me llamara al llegar, y no lo hizo.

«Claro hombre. ¿Cómo lo iba a hacer, después de verte en esa lamentable situación?».

Ella no lo hará, así que puedo olvidarme de esa idea.

¡Mierda!

Me encamino a la salida del hotel. Cuando han traído mi auto, me largo en dirección al apartamento de mi amigo. Necesito hablar esto con alguien y, decirle a mi hermano, ni pensarlo.

Ya me imagino el consejo que me daría, siendo como es. Además de que estaría burlándose de mí por el resto de la vida. ¡Cabrón! En estas cosas, definitivamente, no puedo contar con él.

No es que Eric sea el mejor en esto de mantener relaciones estables, porque eso no es cierto. Él es igual o peor que yo, pero tiene la capacidad de que aun sin practicarlo, es muy bueno en eso de orientar y buscar soluciones.

Quiero que me diga lo que piensa sobre esto. Que me ayude de alguna manera, o de lo contrario mi cabeza terminará estallando.

¡Siento que voy a colapsar de impotencia!

Ya estoy casi llegando al apartamento de mi amigo cuando se me ocurre una idea. Mi linda debe estar en la agencia, ¿dónde más podría estar? Voy a verla, quizás ya esté más calmada y me permita hablar. Aunque la verdad no sabría que más decir que no sea lo que ya he dicho, pero haré el intento.

Cambio el curso del viaje, ya que la agencia Ford Models queda en otra dirección de la ciudad, diferente a la de mi amigo. Piso el acelerador y en poco tiempo estoy frente al edificio.

Aparco mi coche y salgo rápidamente. Al entrar, me recibe en la recepción una chica indiscreta a la que le falta poco para desnudarme con la mirada.

Hace un tiempo atrás algo así me gustaba, pero ahora, no sé por qué, comienza a molestarme. En este momento solo quiero saber de mi linda. No estoy para coqueterías con nadie.

Por la expresión en su rostro estoy seguro de que me reconoció. Siendo una figura pública no escapo a la atención de las personas. Es algo con lo que debemos lidiar y a lo que hasta cierto punto estoy acostumbrado.

—Buenas tardes, señorita —saludo—. ¿Podría decirme si se encuentra la modelo de esta agencia, Adrianne Laurent?

Termino y, la mujer continúa con la misma actitud. Me sigue comiendo con la mirada. Está tan concentrada que ni siquiera responde. Carraspeo un poco a ver si sale de su ensueño, hasta que al fin reacciona.

—Buenas tardes, guapo. ¿Quién pregunta? —Esta vez me mira y enarca una de sus cejas.

Juro que esta mujer está colmando la poca paciencia que me queda. La muy estúpida sabe perfectamente quién soy.

Aquellos labios rojos [Libro 1 de la serie posesivos]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora